La travesía de unos balseros cubanos se vio obstaculizada por un grupo de funcionarios de la marina castrista, quienes interceptaron la embarcación con el único propósito de humillar a los migrantes.
Una lancha rápida y un buque fueron los encargados de arremeter contra la embarcación en la que iban hombres y mujeres, e incluso llegaron a apuntarles y disparar contra uno de ellos que recibió una herida en la parte baja del cuello.
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