Un bar privado en La Habana del Este fue escenario de un gesto de solidaridad que llamó la atención de muchos residentes en la zona playera. El local que tiene por nombre «Bar K5» ofreció una cena de fin de año para un total de 180 personas de bajos recursos y que no tenían posibilidad real de comer algo decente el 31 de diciembre. Entre los comensales había ancianos, indigentes y hasta menores de edad .
Las imágenes hablan por sí solas, el dueño del negocio privado Hugo Puig González consideró que fue un día memorable para sus trabajadores y para el propiamente. En una de las instantáneas se observan a dos jovencitos de entre 11 ó 12 años sentados en unas butacas alegres y comiendo un palto de arroz congrí ensalada y lo que parece ser cerdo asado de plato fuerte.
«Ayer 31 de diciembre, 180 viejitos y niños de muy bajos recursos, y el personal del Bar K5 tuvimos una cena de Fin de Año que no vamos a olvidar, los primeros disfrutando de la comida, nosotros disfrutando aún más de servírsela y brindarles un rato de felicidad», expuso Puig en una publicación de Facebook en la que usuarios reaccionaron con más de 7.000 likes y más de 3.000 comentarios.
Expone además que el dueño que su idea era que los necesitados disfrutaran de una comida de fin de año como realmente se merecen muchas personas que tuvieron y tienen todavía situaciones en su vida. Manifiesta Hugo que al principio fue complejo teniendo en cuenta que los invitados pensaron que se acabaría la comida, pero él les aseguró que no había problemas que tenían suficiente para brindarle a todos.
El menú perfectamente planeado por los empleados dejó ver a los necesitados que se trataba de una buena cena de fin de año. El tradicional arroz congrí, yuca con mojo, cerdo asado, ensalada mixta con aliño, dulces finos y una lata de Tukola que salía del interior del bar hacia las mesas era el momento más feliz para estas personas. El menú se sirvió como mismo se hace siempre, en platos de restaurante, cubiertos metálicos y servilletas para limpiarse las manos y la boca.
Pero Hugo no fue el único que aportó con su bar, otras personas del reparto de Guanabo hicieron sus aportes de cubiertos, platos, dulces, refrescos, bandejas para trasladar los platos de comida, para garantizar la oferta a todos por igual y al mismo tiempo. Otras personas ayudaron con ensalada, mientras otras se encargaron de avisar a los necesitados que participaron en el evento.
Plantea el dueño del local que sus trabajadores también pusieron su granito de arena al asunto. Uno de sus trabajadores marinó las piernas de cerdo desde el día antes, mientras que su barman ayudó a sacar los refrescos hacia las mesas junto con los dulces y otras sirvieron los platos y ayudaron a fregar para no perder tiempo en nada. Otro de sus empleados se encargó de llevar las piernas de puerco a asar, en tal sentido dijo: «Ellos fueron los que hicieron posible esa riquísima cena. ¡Muchísimas gracias!»
«Es difícil explicar lo que se siente cuando ves a estos viejitos y niños disfrutar como pocas veces pueden de una buena cena. Pero les diré esto: hoy no hay en el mundo un Elon Musk, Bill Gates o Jeff Bezos más ricos que yo.» detalla Puig.
Muchos de los comentarios expresaban agradecimiento por la actitud solidaria de los trabajadores del centro y del dueño. Entre ellos los siguientes: «Cosas como esa me hacen sentir más cubana, que dios y el universo te protejan y te den mucha salud», «Eres especial en unión de todos. Es conmovedor. Bendiciones a todos por allá», «Qué gesto tan lindo…Se me han salido las lágrimas …qué Dios y la Virgencita del Cobre te bendigan siempre. Qué tengan mucha salud y prosperidad los que formaron parte de este gesto de amor», «Que gesto tan hermoso esos viejitos necesitan ayuda bendiciones y mucha salud para todos q lindo», «Si todos hicieron lo mismo habría menos personas con esos problemas».