El ex presidente Bill Clinton termino molesto con los asesores de campaña y con la propia Hillary en los días antes de las elecciones.
Según un reporte del diario Daily Mail Bill y Hillary tuvieron una dura conversación por discrepancias en la forma de llevar la campaña.
Bill Clinton no compro la idea de que la intervención del FBI tuviera algún impacto en la bajada en las encuestas en ese momento y más bien que sus asesores y la propia Hillary no intentaron acercarse a los blancos de la clase trabajadora.
Según Bill «toda la culpa es de Robby Mook, gerente de su campaña; de John Podesta, presidente de su campaña, y de la propia Hillary, porque casi no han prestado atención a la debilidad de la economía y a su influencia en millones de votantes de la clase obrera».
Clinton se quejó además de que sus asesores no atendieron a ninguno de sus consejos y lo marginaron de la campaña.
Según la aspirante demócrata a la Casa Blanca, «sus ideas estaban anticuadas», ha revelado el mismo asesor. Según ha añadido el colaborador de Hillary, el expresidente de EE.UU. estaba «tan enfadado que tiró su móvil desde el tejado de su apartamento en Arkansas».
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