Las investigaciones preliminares sobre la caída en picado del avión Boeing 787 de Latam pudo ser provocada por una azafata que accidentalmente presionó el interruptor en el asiento del piloto mientras servía una comida. Esta eventualidad llevó a que una función motorizada empujara el asiento del mismo hacia los controles y a su vez la nariz del avión cayera hacia abajo, según informaron funcionarios de la aviación de Estados Unidos sobre las evidencias iniciales del caso al Wall Street Journal.
Detallan además que como consecuencia algunos pasajeros y miembros de la tripulación salieron volando de sus asientos y temieron que la aeronave cayera desde esa altura. Todo parece indicar que la explicación del cambio de asiento invertido que se determinó como causa del incidente por la industria de aviación Air Current está en consecuencia con lo que explicó un funcionario de seguridad de la aerolínea, el cual dijo que el movimiento del asiento en la cabina del piloto causó «el ángulo de la nariz hacia abajo» para el avión.
En correspondencia la compañía Boeing indicó en un comunicado a las aerolíneas que poseen aviones de este tipo que verifiquen los asientos de la cabina si existe algún interruptor descubierto para que puedan cortar la energía de estos en caso de que fuera necesario y evitar otros casos como este en cuestión.
Según refiere el Wall Street Journal el memorando plantea: «Cerrar el protector del interruptor del respaldo del asiento con resorte en una tapa del interruptor basculante suelta / separada puede atascar el interruptor basculante, lo que resulta en un movimiento involuntario del asiento».
Un vocero de Latam comentó a The Post que la aerolínea «sigue trabajando en coordinación con las autoridades para apoyar la investigación en curso». Por su parte Boeing el propio viernes no dio declaraciones a las solicitudes de comentarios. La aerolínea dijo anteriormente que el avión sufrió un «evento técnico durante el vuelo que causó un fuerte movimiento».
Luego se refirió a que la aeronave «experimentó una fuerte sacudida durante el vuelo, cuya causa está actualmente bajo investigación». Los pasajeros del vuelo abordaron la situación y explicaron cómo fueron los terribles minutos en el aire durante el suceso, en el cual existen videos de una mujer en el suelo al parecer inconsciente como consecuencia del golpe y otras que sufrieron heridas en la cabeza.
Uno de los pasajeros del vuelo que se identifica como Brian Jokat dijo a ABCE en Australia que el avión cayó como nunca y las personas salieron de sus asientos producto de aquello. «El avión, sin previo aviso, simplemente cayó. Quiero decir que cayó como nunca antes había experimentado en cualquier tipo de turbulencia menor, y la gente fue arrojada de sus asientos, golpeó la parte superior del techo del avión, arrojada por los pasillos», declaró Jokat.
Explicó además el cliente que: «Algunos de los paneles del techo se rompieron por las personas que fueron arrojadas y golpearon los paneles de plástico del techo en los pasillos. Y había sangre saliendo de las cabezas de varias personas».
Una pasajera que se identificó como Clara Acevedo que reside en Brisbane, Australia detalló que tuvo que auxiliar a un pasajero que se fracturó dos costillas y se lesionó un hombro, ya que la mujer no hablaba inglés y la aerolínea chilena no tenía traductores. «Todos estábamos traumatizados y tuvimos que encontrar la fuerza para ayudar a la gente», argumentó Clara al New Zealand Herald.
De las 50 personas que resultaron lesionadas se atendieron en el lugar ya que las heridas no fueron graves, pero otras 13 tuvieron que ser hospitalizadas. La mayoría de estas últimas les dieron el alta en breve tiempo, mientras que un pasajero y un miembro de la tripulación quedaron ingresados según afirma Latam.
Algunos de los viajeros declararon que después del vuelo la aerolínea los ignoró varias horas y después le ofrecieron una hamburguesa McDonald´s en lo que esperaban en la terminal de Auckland. Thais Iwamoto cliente del vuelo dijo a The Herald que: «Los accidentes ocurren, pero la forma en que nos tratan no es lo que se supone que debe ser».
Este martes la Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte de Nueva Zelanda dijo tenían en su poder la grabadora de voz de la cabina, así como la de datos de vuelo, con el objetivo de conocer las conversaciones que tuvieron los pilotos en el momento del incidente.