Camila Cabello viajó hace tan solo unos días con su abuela cubana Mercedes Rodríguez a Málaga, España, para apoyarla en la promoción de su primera novela Los boleros que he vivido.
El libro ha sido un proyecto de décadas de la abuela de Camila, y cuenta la historia de una mujer que se separa de su esposo tras muchos años de matrimonio, y a lo largo de 329 páginas revela los esfuerzos de Rodríguez por reunirse con su hija y nieta en Estados Unidos.
«Al final lo terminé muy rápido, muy, muy rápido, porque es la historia de mi vida y todavía tengo buena memoria», expresó la señora de 75 años, mientras la cantante la tomó de la mano y le dedicó unas hermosas palabras.
Para Camila su familia es una gran parte de lo que es como artista, y una gran inspiración para su música.
«Siento que no sería como soy hoy si no fuera por el hecho de que mi familia tiene mujeres tan fuertes. Todas las mujeres que han tenido personalidades fuertes y que han hecho las cosas a su manera», reveló a la agencia de prensa AP la artista cubanoamericana.
«Pensando realmente por delante de su tiempo en términos de sexualidad y relaciones», añadió.
«Mi mamá siempre ha sido de la misma manera, ella siempre ha sido de la misma manera, mi hermana que tiene 15 años también es alguien así. Pensadoras, muy independientes», sentenció.
Por su parte, Mercedes contó que la música es como un personaje a lo largo del libro, cada capítulo lleva el nombre de un bolero» (el género musical de letras románticas originario de Cuba que se hizo muy popular en la primera mitad del siglo XX en toda Latinoamérica).
Para la escritora la música es crucial en su vida, «es algo con lo que ningún ser humano puede dejar de vivir para ser feliz», confiesa.
Acerca del gran éxito que ha tenido su nieta en la industria musical estadounidense, la abuela orgullosa expresa que «lo lleva en la sangre, tiene fotos cuando tenía 2 años con un micrófono en la mano y con la radio encendida».
«La escucho cantar en un concierto, por ejemplo, y hasta me quedo sin aliento, me emociona tanto, no te lo puedo explicar. Es algo que nunca había sentido en mi vida, verla cantar en el escenario o escuchar un disco de ella», agregó.
Al verlas compartir a las dos y por cómo se expresan una de la otra, se nota a simple vista la conexión que existe entre ambas, y la admiración mutua que sienten, algo que no impide ni siquiera la diferencia generacional entre Camila de 26 y su abuela de 75 años.