Como parte de la gira de la agrupación musical «El Niño y la Verdad» por escenarios de Estados Unidos, su director general Emilio Frías ofreció una entrevista al periodista Mario Vallejo en la ciudad del sol. En la conversación el cantante cubano declara las razones que motivaron a dejar su país para emprender su trabajo musical en el país de las oportunidades.
El músico comentó que no podía seguir virando la cara a la realidad de su país y aseguró: «Cuba está pasando por un momento de los más tristes que se han vivido», haciendo clara alusión a las adversidades que tiene que sortear el pueblo cubano para poder comer un plato de comida por poner un ejemplo, entre otras de las dificultades que presenta.
Emilio declaró que su agrupación después que estrenó la canción «Cambio» empezó a tener contratiempos que cambiar de hecho la vida de la orquesta para siempre. Los principales medios de difusión de la música empezaron a cerrarle las puertas orientados por la Seguridad del Estado, incluso en uno de sus conciertos, funcionarios de la institución donde ofrecía el concierto le quitaron el audio para que no cantara más.
Frías aclaró que el tema no fue del agrado para el gobierno cubano y él lo había previsto, pero aun así la compuso. Pero relata que nunca pensó que aquel tema iba a tomar un curso sin vueltas atrás, es decir su carrera a partir de ahí daría un giro de 180 grados que lo obliga a retirarse de los escenarios cubanos y probar suerte en la tarima internacional.
«Yo nunca más pude tocar en eventos de grandes proporciones sino en pequeños lugares donde todo estaba controlado por muchos agentes de la seguridad», dijo el cantante sobre la repercusión que tuvo al estrenar la canción y destacó que nunca se hizo con fines políticos, sino más bien social. «Cambio» fue una canción social, no política. Es una canción social que toca una situación evidente, la crisis migratoria, pero en el momento que sale Cuba estaba en medio de muchas cosas», señaló.
Al irse de Cuba con su orquesta comenzó a tener presentaciones en México para sustentarse, pero refleja que la salida de su tierra natal fue algo complejo ya que dejó atrás a su familia. «Tener que irme de mi país, abandonar, dejar atrás a mi familia, a mis hijas que aún viven allá, a mi abuela, a mi mamá, tener que irme para México, fue algo que tuve que hacer de manera obligatoria», dijo el intérprete de «Agua pa´ Yemayá» quien también agregó que no tenía muchas opciones o se quedaba o esperaba a que alguien se acordara de que él existía.
Emilio comentó ante la pregunta de que si se quedaría en Miami ahora que está en Estados Unidos. «Yo nunca he pensado quedarme en ningún lugar. Tenemos contrato por un año con una compañía que hemos firmado desde la Ciudad de México hasta acá y acabamos de llegar justo hace una semana a Estados Unidos. Hicimos nuestro primer concierto en San Francisco, en California»,
Su orquesta pretende presentarse el día 15 de marzo en la ciudad del sol donde a juicio del músico cuenta con diversos admiradores que aman su música. En estos escenarios estadounidenses presentará su disco «Lo que no se acaba» el cual tiene mucha rumba, timba y melodías afrocubanas.
Comenta Emilio que hace un tiempo pretendió llevar las riendas de la música popular bailable de Cuba. «Debe haber alguien que se quede con la bandera de nuestro son, de la timba, de la música popular bailable cubana. Y yo me he dado esta tarea, no me la ha dado nadie. Quiero ser un portavoz, un defensor de este género» señaló en la entrevista».
Hace unos días se presentó con su orquesta en el «Salsa Rueda Festival» y desde la tarima pudo visualizar la presencia del pianista cubano querido por muchos en el exilio y en Cuba también, Chucho Valdés al que le dio un fuerte abrazo, mientras decía: «Puedo morir tranquilo», al conocer al artista afamado cubano.