El jugador de Miami Heat, Chris Bosh, se despidio con una emotiva carta de sus seguidores en Miami.
Aquí les dejamos la carta de Chris Bosh.
«Querida Miami,
¡Wow, vaya viaje! He estado reflexionando sobre el tiempo que he pasado en esta gran ciudad y quiero agradecerte tu constancia durante una época de cambio en vida. He experimentado algunas participaciones en las Finales, un par de campeonatos, unas cuantas bodas (incluida la mía propia), el nacimiento de cuatro hijos, los lazos con la comunidad al completo y una tonelada de altibajos a lo largo del camino.
Me asustó dejar Toronto, un lugar donde la gente me apoyó y me quería de verdad. No tenía la seguridad de que ese gran sentimiento me acompañase. Cuando llegué a Miami sólo esperaba conseguir la gloria reservada a los inmortales del baloncesto. He recibido mucho más que eso.
En Miami me he convertido en marido y en padre por segunda, tercera, cuarta y quinta vez. Recuerdo como si fuera ayer el día en que nació mi hijo Jackson. Nos encontrábamos en plenos playoffs contra Nueva York cuando justo aterrizamos aquella tarde en la Gran Manzana. Recibí la llamada, teniendo que dar una carrera de locos de vuelta al avión. Llegué al hospital con 30 minutos de antelación para poder ver a mi niño venir al mundo.
Al día siguiente llegué al partido justo en el momento en el que Spo (Erik Spoelstra) estaba dando sus instrucciones previas al mismo. Los chicos me vieron llegar y comenzaron a aplaudir mientras me rodeaban y abrazaban. Spo me acababa de decir que no estaba seguro de que llegara, pero lo hice. Parecía una escena sacada de una película. La gente de ese vestuario siempre me hizo sentir especial. Dábamos la vida el uno por el otro porque éramos más que compañeros. Poco después ganamos nuestro primer campeonato y pude celebrarlo con mi bebé sobre la pista. Ese fue uno de los días más felices de mi vida. Nunca pensé que pudiera ver cumplidos esos tanto personales como profesionales. Hacerlo en el mismo verano fue increíble.
Durante el nacimiento de mi hija Dylan me encontraba en la ciudad, así que no hubo lugar para el pánico. Poco después ganamos otro título contra uno de los mejores equipos de siempre. Para llegar hasta allí puedo decir que formé parte de una de las Finales más disputadas de la historia. Tío, la suerte estuvo de mi lado. Pero también creo que me familia me ayudó a estar ahí.
Mi mujer e hijos han sido muy fuertes en momentos en los que yo no lo fui. Mi mujer me ha recogido del suelo muchas más veces de las que puedes imaginar. Estoy muy agradecido por tener semejante apoyo. Se parece mucho a ti, Miami: dulce y agradable con ese toque especial tan latino de fuego y pasión. A veces me pregunto que hice para merecer a una mujer que me ama incondicionalmente y sostiene mi espalda pase lo que pase.
Esta comunidad me ha recibido con los brazos abiertos desde el primer día. La rica tradición y cultura de la ciudad son únicas. Puedes sentirlas desde el momento en el que aterrizas en Miami. Los aficionados siempre han acogido a mi familia con alegría, intentando siempre poner una sonrisa en la cara de mis hijos. Eso es lo que me encanta sobre esta comunidad. Todos vosotros habéis mostrado vuestro aprecio cada vez que acudíamos a algún acto o simplemente paseábamos por la calle. He conocido a personas con abonos vitalicios. He podido sentir orgullo en sus ojos mientras me lo contaban. También he podido aprender bastante español, así que ahora tengo una herramienta que me permite comunicarme aún con más gente alrededor del mundo. Aprender cómo pedir un café con leche o ropa vieja en la calle Ocho se ha convertido en algo natural para mí. ¡Es increíble!
Gracias por venir a los partidos y empujarnos hacia la victoria. Haceros sentir orgullosos ha sido siempre una prioridad nada más que pisábamos la cancha. Sabe muy bien compartir con vosotros la sensación de ser campeones, Mientras nosotros sujetábamos el trofeo vosotros sujetabais vuestras ollas y sartenes y lo celebrabais como parecía imposible. Tener un ambiente cálido en los partidos de casa es un lujo en esta Liga. Poder estar con vosotros y poder ganar un par de partidos lo hizo todo mucho más fácil.
perder en las Finales es una de las peores sensaciones que he tenido en mi vida. Fue una gran lección de humildad. Perder ante el equipo de mi ciudad natal y después aguantar el aplazamiento de una temporada fue realmente complicado. Estaba muy avergonzado, evitaba mostrarme en público. Fue complicado enfrentarse a ello.
Durante aquel tiempo aprendí a ser perseverante. Uno nunca sabe lo que esto significa hasta que tiene que afrontar y crecer con épocas difíciles. Pero tú seguiste siendo positiva, Miami. Permaneciste a nuestro lado y nos dijiste que podíamos. ¡Y lo hicimos! Eso es lo que convierte a momentos así en tan especiales. Vi a mis compañeros, amigos y hermanos brillar como nunca en los momentos más oscuros de sus vidas. No se trataba de superar el bache con una gran jugada o una victoria importante a domicilio. Fue el hecho de que estos chicos lo hicieron con tanto en juego. Vencimos a las apuestas muchas veces.
Y entonces llegó el no poder jugar al deporte que amo, el deporte al que he dedicado toda mi vida para progresar y evolucionar hasta encontrar el éxito. Durante mucho tiempo estuve muy cabreado. Te dicen que debes jugar con las cartas al alcance de tu mano. Esa es una lección que ahora he entendido de verdad. Descubrir aquella información sobre mi estado de salud durante aquel All Star fue un palo, justo un momento de celebración para la Liga y en el que los jugadores logran cumplir sus sueños. Igual que nunca di por sentadas ese tipo de cosas, aprendí a no dar por hecho otras, como estar en el hospital.
Estuve allí durante seis días y recibí cirugía en mi pulmón izquierdo. Me sentaba en una sala todo el tiempo, con tubos saliendo de mis costillas y empecé a sentir pena de mismo. Pero entonces me di cuenta que hay mucha gente tratando con cosas peores, así que se me bajaron los humos una vez más. A todos aquellos que piensan que no van a mejorar y sienten esos muros cada vez más cerca quiero decirles: ¡seguid luchando! Proyectaos a vosotros mismos saliendo de ese lugar sobre vuestros dos pies y trabajad para lograr ese objetivo. Mi corta estancia de seis días en el hospital pareció toda una vida, así que no puedo ni imaginar la fortaleza de aquellos que permanecen en él mucho más tiempo.
Ese fin de semana en Toronto era muy especial para mí, no sólo porque estaba de regreso donde había jugado y vivido sino porque también iba a hacer cosas que nunca antes había hecho como participar en el concurso de triples. Lo percibía como mi reciclaje hacia un nuevo tipo de jugador capaz de evolucionar y aun así seguir siendo exitoso. Todavía tengo que cumplir este último, pero ese es otro capítulo.
He aprendido de nuevo a soñar. He aprendido a apreciar aún más el baloncesto y otro tipo de cosas que viví antes. La gente siempre verá los trofeos y carteles de campeón y pensarán que eso es todo. Pero es solo un parte, un momento de tu vida. He aprendido a que, no importa lo que ocurra sobre el parqué, el baloncesto sigue. Incluso cuando todo cambió para mí y no podía jugar, la gente seguía brindándome su apoyo y me mostraba lo que el baloncesto en Miami significaba para ellos. Realmente aprecio esos momentos. Aquellos ánimos de gente a las que les preocupaba lo suficiente como para preguntarme por mi salud pueden parecer gestos mínimos, pero son algunos de los más profundos para mí.
Hemos vivido nuestras vidas juntas, Miami. Me mostraste cómo ser fuerte y a seguir luchando en los momentos más duros. Aunque a veces me cueste, esto es lo que ha marcado la diferencia durante todo el camino. Hoy soy un hombre y una persona mejor. Gracias,
Gracias a todo el mundo, aquí en Miami y a lo largo de todo el país y el mundo que han formado parte del #TeamBosh. Espero que sigáis formando parte de mi viaje a donde quiera que este me lleve.
Sinceramente,
Chris Bosh»
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