La Oficina en Washington para asuntos Latinoamericanos (WOLA) destacó que cerca de 425.000 migrantes cubanos llegaron a los Estados Unidos entre los años 2022 y 2023, mientras otros solicitaron asilo en la frontera sur con México.
Según la organización líder en investigación e incidencia que promueve los derechos humanos en las Américas (WOLA), desde marzo de 2022 la isla continúa en una profunda crisis económica que no se detiene ni experimenta una mejoría. Esta triste situación ha propiciado que los cubanos tengan que lanzarse hacia nuevos destinos en busca de mejores condiciones de vida y prosperidad futura.
Las alarmantes cifras se asemejan a la misma cantidad de personas que residen en Mayabeque y la Isla de la Juventud, que son 464.957 habitantes. A lo anterior no se tiene en cuenta los miles de cubanos que han emprendido su rumbo en otras direcciones como Brasil, Rusia o Uruguay durante este mismo período de tiempo.
Tras un despunte en el arribo de migrantes en el 2022 a la frontera sur la Oficina Nacional de Aduanas y Protección de Fronteras contabilizó un total de 44.079 en diciembre. Los récords históricos de éxodo de cubanos fueron superiores a la de los balseros de 1994 y a las del Mariel en 1980. Por lo tanto la administración Biden decidió incluir a los cubanos en el programa de parole humanitario. Este tiene como objetivo estimular a las personas con intereses de emigrar al país norteño a hacerlo de forma segura y legal.
Aunque está medida estancó por un momento la llegada de cubanos a la frontera, a finales del presente año se incrementó con la presencia de antillanos en este lugar en busca de oportunidades. Varios factores pudiesen estar influyendo según plantea WOLA, y son precisamente los lentos procesos del programa de parole debido a la cantidad de solicitudes. De igual manera la disponibilidad de vuelos chárter que prosiguen volando a Nicaragua. A pesar de las recientes medidas anunciadas contra los funcionarios y directivos que promueven estos vuelos. También como factor se puede destacar la constante devastación que sufre la isla en todos los aspectos económicos, sociales y políticos, así como el fin del título 42.
En 2021 el régimen de Daniel Ortega eliminó el requisito de visa para cubanos, evitando así que más personas perdieran la vida en la Selva del Darién. El puente aéreo que se estableció significó para los cubanos acortar algo de viaje y mucho menos peligroso. Sin embargo, las jugosas ganancias fueron a los bolsillos del gobierno de Ortega y su esposa Rosario Murillo. Según datos de Fligth Aware una media de 50 vuelos chárter al mes transportó a 100 mil cubanos de La Habana hasta Managua en 2023. Posteriormente casi 77 mil se registraron en su trayecto por Honduras, lo que evidencia el destino que pretendían.
Las intercepciones por parte de las autoridades estadounidenses en altamar fueron estabilizadas. Aunque los 13 mil cubanos detenidos en el mar no representan mucho con respecto a los que llegaron por tierra, representa un alto número con respecto a otras épocas como la del año 1994. Estas vías prevén que se incrementen pronto si no existen más rutas terrestres y junto a ellos las trágicas consecuencias que pueden propiciar.
La crisis actual de la isla se debe en parte a las consecuencias de la pandemia de covid-19 que azotó la humanidad. La pandemia develó las ineficiencias del gobierno socialista acompañados de problemas estructurales de la isla y un sistema político abrumador. Uno de sus principales cimientos económicos; el turismo, tambaleó con el cierre de las fronteras y trajo consigo la no entrada de divisas al país. El sistema político dictador junto a los cortes eléctricos, la escasez de alimentos, estragos en los servicios públicos y otros, desencadenó una oleada de manifestaciones. En las manifestaciones del 11 de julio de 2021, miles de personas fueron oprimidas por el régimen y sus militares y detenidas arbitrariamente.
La vida en Cuba se ha vuelto insoportable para muchos y por lo que pinta parece ir de mal en peor. EL gobierno cada vez anuncia más medidas, ninguna para beneficiar al pueblo. Al contrario, se trata de aumentar las tarifas eléctricas, el combustible, los precios de los pocos alimentos que se oferta, se prevén más apagones, etc.