En Cuba, quizás el país con mayor atraso en su parque de transporte, circula por estos días el primer auto eléctrico, que, por supuesto, pertenece a una empresa estatal de manejo ambiental.
Un portal de prensa independiente en la isla, señala que el vehículo probablemente fue una generosa donación de un organismo internacional a la mencionada empresa, y agrega que “un carro de ese tipo todavía está muy lejos de los bolsillos de un cubano de a pie”.
En la isla de gobierno comunista, la compra y venta libre de automóviles solo es posible desde hace dos años. Aunque, los precios fijados por el estado a los concesionarios son de locura.
Según la fuente, un Peugeot 508 cuesta más de 250 mil pesos cubanos convertibles (equivalentes a dólares), mientras que el mismo modelo de uso, puede costar 85 mil pesos.