Un experimento de control de precios comenzó a principios de este año en la provincia de Artemisa con la venta de productos agropecuarios «con valor máximo fijado» en 13 nuevos mercados y 16 bodegas. Los importes de la mercancía están regulados por el Consejo de la Administración Provincial.
La prensa oficial anunció el inicio de esta prueba piloto en un mercado de cada municipio del territorio artemiseño y en dos en Bauta, San Antonio y Artemisa. Aunque los puntos de venta pertenecen a la Unidad Básica de Comercio, ahora son abastecidos por empresas agropecuarias a través de Acopio.
Esta semana en las tarimas de los establecimientos se ha ofertado malanga, boniato y zanahoria a un precio que no excede un peso cubano (CUP) por libra, un importe por debajo del que alcanza en los mercados de oferta y demanda. Los pimientos y los tomates están regulados a un máximo de 5 CUP la libra, cuando en otros locales pueden alcanzar entre los 10 y los 25 CUP la libra, respectivamente.
Algunos de estos lugares abrieron sus puertas desde la primera semana de enero, como es el caso del punto de venta La Vizcaína en el municipio de Alquízar. Vecinos del lugar mostraban este viernes su alivio ante la bajada del valor de las viandas y los vegetales, pero también se mostraban cautelosos con la medida, pues temen que la calidad de los productos decaiga con los precios.
Los precios topados son oficialmente llamados «oscilantes», pues variarán según la etapa del año, el costo de producción, el volumen de la cosecha y los valores que alcancen los insumos a los campesinos.
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