Una compañía de Carolina del Sur, ante el creciente número de personas que sufren ataques de tiburones, lanzó al mercado el brazalete Sharkbanz, una pulsera que tienen una base compuesta por un «fuerte imán permanente», asegura a EFE Davis Mersereau, director de Desarrollo de Producto.
«Las pulseras son una aparato de seguridad que disuade la curiosidad del tiburón con unas ondas más fuertes de las que están acostumbrados a sentir. El brazalete no te va a herir ni tampoco lo hará con el tiburón ni ningún otro animal que esté cerca», dijo.
Hace unos años, una víctima de un incidente con un tiburón, Nathan Garrison, y su padre, David Garrison, comenzaron a pensar cómo pordían prevenir estos ataques que en el 2015 alzanron una cifra alarmante: 98 casos y 6 de ellos mortales, el «año con mayor número de ataques no provocados de tiburones», según el ARchivo Internacional de Ataques de Tiburones (ISAF).
“El ser humano ni lo siente, pero para el tiburón es muy poco placentero y son repelidos”, señala Garrison, quien contó con la ayuda de biólogos marinos.
Por su parte, la ISAF advierte de un fenómeno que podría estar a la vuelta de la esquina.
“A medida que la población mundial continúe creciendo y aumentando su interés por la recreación acuática, debemos esperar un incremento en el número de ataques con tiburones y otras lesiones relacionadas con la recreación acuática”, señala el informe, publicado en el 2016.