A partir del próximo domingo 3 de noviembre comenzará a regir un nuevo horario en el sur de la Florida dando por concluido el horario de verano que empezó en marzo. Esto significa que a las 2:00 am del domingo las personas deberán atrasar una hora de sus relojes para darle inicio al horario de invierno que es cuando las mañanas parecen ser más largas y las tardes más oscuras.
Una vez que se atrasen las manecillas de los relojes se notará que amanece más temprano y oscurece más rápido también, por ejemplo, en Miami ese día amanecerá a las 6:31 am y se hará de noche a las 5:38 pm. Hay algo que hay que destacar y es que tanto las PC como los teléfonos móviles no será necesario ajustarlos porque ellos automáticamente lo harán, no sucediendo así con otros equipos como el horno y el microondas los cuales hay que hacerlo de forma manual.
Siempre hay quienes reprochan o agradecen este cambio de horario, pero lo que sí es seguro es que todos podremos sumar una hora más de sueño a nuestros días que obviamente se pierde una vez que en marzo de 2025 se retome el horario de verano. Es en ese horario de verano cuando las personas pueden hacer mejor uso de la energía solar para ahorra energía.
Un mes del horario de verano en el año 2008 se logró ahorrar en Estados Unidos 0.5% de la electricidad del país lo que equivale a 1.3 billones de vatios por hora que no es más de lo que emplea el país para darle fluido eléctrico a 100.000 habitantes, de acuerdo a un estudio que realizó el Departamento de Energía de EE.UU.
Otros estudios revelan que además del ahorro energético otros fenómenos de la sociedad se ven beneficiados por más tiempo de luz natural, entre ellos se reduce el índice de criminalidad en las calles, los accidentes de tránsito, así como otros beneficios en materia económica.
Hay quienes ven en este horario más desventajas de lo normal incluidas suspensiones en las cosechas de los campesinos, injerencia en asuntos religiosos que defienden el tiempo de luz solar, además de presuntas dilaciones en los sistemas informáticas que deben cambiar dos veces cada 12 meses.
Desde el punto de vista de la salud hay quienes afirman que la tardanza en amanecer puede generar cierto aturdimiento fundamentalmente en los meses de invierno en las personas que viajan como los padres que llevan a sus hijos a los centros estudiantiles.
Según se conoce durante la Segunda Guerra Mundial Alemania optó por poner en práctica esta medida con el fin de ahorrar combustibles el 1 de mayo de 1916 lo cual provocó que el resto del continente le siguiera los pasos tiempo después. Por su parte de 19 de marzo de 1918 Estados Unidos tomó el ejemplo, pero después que acabara la guerra lo canceló por poca popularidad.
No obstante, hay quieren reconocen que Benjamin Franklin fue quien inventó el cambio de horario cuando en un ensayo de 1784 planteó cómo ahorrar velas. Por su parte el entomólogo neozelandés George Hudson aportó en 1895 el concepto de hoy en día que le permitió aprovechar aún más la luz del día para buscar insectos.
EL proyecto tomó auge en las dos guerras mundiales como medida de tiempo de guerra, pero no fue hasta 1966 que Estados Unidos promulgara la Ley de Tiempo Uniforme que establecía que el cambio de hora fuera un paso anual en el país.
A pesar de que muchas personas quieren dejar de cambiar sus horarios dos veces al año encuentra oponente como los magistrados quienes alegan que desde el punto de vista de la seguridad de los niños y adolescentes no es factible puesto que con las mañanas oscuras durante más tiempo aumenta el riesgo en los niños que se dirigen a una parada de autobús o de los adolescentes que se trasladan de noche a sus centros estudiantiles.