Continúa el asedio de las autoridades a los cocheros en Guantánamo

El «asedio» a los cocheros de Guantánamo se mantiene desde el pasado año, según denuncian los propios transportistas privados.


«Las medidas impuestas son ridículas» y «arbitrarias», critica Juan Argota quien trabaja en el suroeste de la ciudad. Hasta «tenemos que pasar un curso para la licencia de conducción».

El curso respondería a los constantes accidentes de tránsito que ocurren en toda la Isla, pero algunos cocheros consideran excesivo que se les obligue al mismo proceso que deben atravesar quienes quieren obtener un permiso para manejar autos.

«Hay que pagar 35 pesos moneda nacional (MN) para pasar en una semana el curso para la licencia de conducción, el mismo que los choferes de carros», dice Argota. «Pero casi todos lo pasamos dos veces porque el que no es analfabeto hace rato que no va a una clase, entonces ese curso cuesta 70 pesos. Además están los gastos para los que viven lejos, porque esa escuela está en el otro lado de la ciudad».

Otro chofer explica los trámites que debe hacer para poder transitar por la vía con su coche y sus caballos.

«Tuve que pagar 30 pesos del seguro, diez pesos por cada animal para que el médico veterinario les dé el certificado de salud, cinco pesos de sello para sacar el certifico para poder censar al caballo, 85 pesos de Seguridad Social, 110 pesos para la licencia que te permite circular en la vía. Además se debe pasar la carriola (coche) por inspección técnica en la Base de Transporte Urbano, servicio que no sé ahora pero antes costaba 17 pesos, aunque nosotros siempre dábamos los 20 pesos», enumera.


«A mí me quitaron la carriola y me pusieron una multa de 250 pesos a pagar antes de las 72 horas. Pero eso no es todo, por cada día que la carriola pasa en la Unidad de Patrulla me cobran 30 pesos, según la Policía porque está ocupando un espacio», añade exacerbado.

Alberto Echeverría, un joven que trabaja en el coche de su padre, también ha sido multado.

«Me cogieron bajando la loma de la terminal de ómnibus y, como los papeles son de mi papá, se llevaron la carriola para la Unidad de Patrulla y me pusieron una multa de 500 pesos que tengo que pagar en tres días. De no pagar en ese plazo, me dicen que se me duplica y, si se vence, confiscan la carriola y la venden a una cooperativa en 300 pesos», asegura.

«A mi papá le costó 11.000 pesos, así que si hacen eso que dicen son unos estafadores y abusadores», considera.

(Con información de Diario de Cuba)


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