Una llamada hecha a la policía de Miami el pasado viernes decía que una mujer le había disparado a alguien y trató de esconder el cadáver en su casa de La Pequeña Habana, sin embargo enfocó la situación de forma incorrecta.
Lo que realmente sucedió, según la misma policía, fue que una mujer le disparó, en efecto, a un hombre en la cabeza y llevaba escondiéndolo cuatro días, pero el hombre estaba vivo.
El incidente comenzó cuando la mujer y sus cómplices trataban que la víctima les diera $500 que al parecer les debía.
Se trata de una cantidad de dinero que, de acuerdo con lo que la víctima le dijo a la policía, debía de un negocio de drogas valorado en unos $700.
Las autoridades arrestaron a cuatro personas vinculadas al caso: Jenifer Cortez, de 26 años, Ashley Pérez, de 21 años, Felipe Avilés, de 26 años, y Rachel Torna, de 21 años.
Los cuatro permanecen presos sin derecho a fianza y acusados de intento premeditado de homicidio y de secuestro con un arma de fuego. La policía también acusó a Pérez de utilizar un arma de fuego para cometer un delito. Avilés, entretanto, fue acusado de estar en posesión de un arma de fuego siendo un delincuente convicto.
Según los reportes de los arrestos, la víctima dijo que los cuatro mencionados, junto a un hombre de la raza blanca que no fue identificado, lo fueron a buscar cuando le dieron el alta en el Hospital Jackson Memorial, a aproximadamente las 11 p.m. del 3 de abril.
Cuando la víctima entró al automóvil, el amistoso viaje se volvió un turbio asunto financiero peligrosamente fatal. Pérez le exigió que le diera $500 en tanto Avilés lo amenazaba apuntándole a la cabeza con una pistola.
Los cuatro involucrados lo llevaron hasta su casa en el oeste del Condado Miami-Dade para que recogiera alguna ropa. Mientras estuvieron en la vivienda, la víctima le dio a su padre una nota donde le decía: “Papo, me llevan en contra de mi voluntad porque les debo dinero. Tienen armas. En cuanto salga, llama a la policía y cuéntale lo que está pasando. Vamos a estar en la quinta avenida y la calle 7”.
Cuando el grupo llegó a su casa, ubicada en el 467 SW 7 street, Pérez presuntamente le dijo a la víctima que dormiría en el suelo hasta que pagara lo que debía. Torna y Cortez le pegaron dos cachetadas al tiempo que Pérez le seguía pidiendo el dinero. Después de varios días de estar secuestrado, la víctima les preguntó si le permitían ir a trabajar.
Acto seguido Avilés sacó un arma y le pegó un tiro en una pierna. Pérez dijo que no era suficiente, se apoderó del arma y le disparó a la víctima en la cabeza. No lo mató, aunque posteriormente la víctima dijo que Pérez se sorprendió de que aun así estuviera vivo. Pérez le dijo que mantuviera presionando la herida mientras limpiaban la habitación.
El padre de la la víctima llamó a la policía de Miami a alrededor de las 4 p.m. del viernes. Cuando los agentes llegaron a la casa, hallaron a la víctima y a los cuatro sospechosos.
De acuerdo con los reportes de los arrestos, Avilés, Cortez y Torna negaron haber tenido nada que ver con el secuestro ni haber herido a la víctima. Pérez, sin embargo, confesó que fue ella quien le disparó.
(Con información de el Nuevo Herald)