Los legisladores cubanos aprobaron el sábado el gabinete nombrado por el nuevo «presidente», Miguel DĂaz-Canel, manteniendo la mayorĂa de los ministros del gobierno de RaĂşl Castro en su lugar, excepto en el puesto clave de la reforma econĂłmica.
Al mismo tiempo, la asamblea nacional recibiĂł una propuesta de reforma de la constituciĂłn de Cuba de 1976 que remodelarĂa su gobierno, tribunales y economĂa, y allanarĂa el camino para el matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque mantendrĂa al Partido Comunista como la Ăşnica fuerza polĂtica en el paĂs. La carta se someterá a un referĂ©ndum nacional en los prĂłximos meses y luego regresará a la asamblea.
Entre los ministros que se mantuvieron en el Consejo de Ministros de DĂaz-Canel se encontraban tres vicepresidentes histĂłricos: los comandantes revolucionarios Ramiro ValdĂ©s, Ricardo Cabrisas y el general Ulises Rosales del Toro. El Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno RodrĂguez, el Ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, y la Ministra de Finanzas, Lina Peraza, tambiĂ©n permanecerán en sus puestos.
El principal cambio fue la ausencia del ministro de Reformas EconĂłmicas, Marino Murillo, quien acompañó a RaĂşl Castro durante una dĂ©cada mientras implementaba aperturas modestas a la empresa privada en la economĂa socialista.
DĂaz-Canel reemplazĂł a Castro en abril en un histĂłrico cambio de guardia en Cuba, pero el gabinete del sábado sugiere continuidad más que cambio inmediato.
Los funcionarios cubanos han propuesto una reforma de la constituciĂłn, diciendo que la actual no refleja los cambios realizados en el paĂs en las dĂ©cadas transcurridas desde 1976.
La nueva carta crearĂa el puesto de primer ministro junto con el presidente, dividiendo los roles de jefe de gobierno y jefe de estado.
SerĂa consagrar nuevos reconocimientos del mercado libre y la propiedad privada en la sociedad cubana, aunque el estado comunista seguirĂa siendo la fuerza econĂłmica dominante. TambiĂ©n crea una nueva presunciĂłn de inocencia en el sistema de justicia y hace explĂcito el principio de no discriminaciĂłn basada en la identidad de gĂ©nero.
«Estamos ante una reforma total dentro del marco establecido por los principios del socialismo», dijo Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado a cargo de presentar las reformas.
La constituciĂłn actual fue adoptada en un momento en que Cuba era un potencial foco de la Guerra FrĂa y un pilar del Bloque SoviĂ©tico. El documento proclama la adhesiĂłn de Cuba al socialismo marxista-leninista.
Los expertos dicen que las reformas econĂłmicas intermitentes promovidas por RaĂşl Castro, que han tratado de permitir la introducciĂłn limitada de la empresa privada dentro del sistema comunista, se han llevado a cabo a pesar de la constituciĂłn.