Cuba, sigue embargada un año después de la visita de Obama

El mundo entero ha puesto sus ojos en la reconciliación entre La Habana y Washington, aunque solo ha pasado un año desde que Obama y Castro se dieron las manos en Cuba, el panorama ha cambiado radicalmente, porque desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca no se ha firmado ningún nuevo documento y también están congeladas las visitas de alto nivel.


Trump prometió revertir las medidas de su antecesor, en su mayoría para suavizar el embargo que EE.UU. mantiene sobre la isla desde hace casi 60 años e impulsar el crucial sector de los trabajadores por cuenta propia, además de promover el contacto directo entre los ciudadanos de ambas naciones.

El nuevo presidente, dijo que lograría un «mejor acuerdo» porque Cuba no había hecho ninguna concesión en materia de libertades y derechos humanos y cuando en noviembre murió el exmandatario cubano Fidel Castro, éste lo tildó de «tirano».

Expertos vaticinan que Trump, no irá más allá en el acercamiento, pero tampoco retrocederá en lo ya avanzado, e incluso afirman que acabará imponiéndose su pragmatismo de hombre de negocios.

Mientras tanto, el Gobierno de Raúl Castro guarda silencio.

La permanencia del embargo llega en un momento económicamente terrible para Cuba, que el año pasado entró en recesión, no recibe aún suficiente inversión extranjera y sufre la merma del apoyo energético de Venezuela, sumida en su propia crisis.


Cada vez, hay menos esperanza de que el embargo finalmente se acabe.


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