Los científicos cubanos tienen en sus manos un proyecto de tecnología holandesa que ha comenzado a cumplir el viejo sueño de elevar la producción acuícola con uso eficiente de agua y alimentos elaborados localmente.
Apoyado por un donativo de la Unión Europea e implementado por el Instituto de Educación del Agua, UNESCO-IHE, la transferencia tecnológica se desarrolla en áreas de la estatal Empresa de Desarrollo de Tecnologías Acuícolas (EDTA), ubicada en la capitalina localidad de el Cotorro.
El proyecto es parte de la iniciativa REAL (Recuperación para la Alimentación), que tiene como objetivo fortalecer la producción de alimentos, con énfasis en las industrias procesadoras de alimentos y el sector de la acuicultura.
Correspondiente a la rama acuícola, en la EDTA fueron instalados dos sistemas intensivos, uno para la producción de alevines; y otros destinados al crecimiento de peces con un peso de 1 kg.
Raúl Morales, director de la institución de investigación, producción y docencia, explicó que se estima que pueda obtenerse una producción de unas 20 toneladas de clarias al año. Especie acuícola que no está entre las preferidas por la población, pero sin embargo es una de las pocas que muestran determinada estabilidad, sin satisfacer la creciente demanda. Para elevar la disponibilidad, se elaboran productos que incluyen harina en sus formulaciones.
La misión de la Empresa de Desarrollo de Tecnologías Acuícolas es desarrollar y transferir tecnologías para el cultivo de especies acuícolas de los productores nacionales, y proporcionar capacitación y productos pesqueros inocuos y de calidad.
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