Pollo por pescado. Hace más de 10 años que el Estado cubano ofrece este intercambio en la entrega mensual que viene por la libreta de abastecimiento, porque por increíble que parezca en una Isla rodeada de tanto mar como Cuba, el pescado y otros mariscos van directo al trurismo y a exportación.
Irónicamente las pocas pescaderías estatales que quedan solo ofrecen en su tablilla de menú, pescados que crecen en las presas y que son imposibles de comer por la cantidad de espinas que tienen como es el caso de la Tenca o el troncho de Claria criado en estanques criollos.
La realidad es que desde hace años el pescado no forma parte de la dieta de los cubanos y las opciones de disfrutar de un buen pescado se reducen a buscar clandestinamente algún pescador, aunque con el riesgo de que en la venta te ofrezcan “bonito por tenca” e incluso que esté ciguato.
A pesar de esta dura realidad la Isla sigue desarrollando su acuicultura e increíblemente desarrolla desde hace algunos años un producto que modifica genéticamente los peces para aumentar su peso y tamaño.
¡Imagínense! Si una tilapia azul o mojarra puede alcanzar una longitud de 35 cm y un peso aproximado de 3 kg, ¿Cómo será cuando haya una especie modificada con este producto genético?
Ya desde 1994 en Cuba se obtuvieron las primeras tilapias transgénicas que lograron más de un 80 por ciento de incremento de peso. Su carne no tuvo ninguna diferencia de sabor, olor ni color respecto a los peces convencionales.
El producto se llama “Acuabios” y es un modificador metabólico desarrollado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) para lograr el aumento de peso y el crecimiento de los peces en estado larval y también se planea realizar ensayos con el camarón y el ostión.
Aunque los ensayos más recientes corroboran que estos peces transgénicos son aptos para el consumo humano, la población cubana no será quien reciba los beneficios de esta gran novedad biotecnológica.
Directivos del CIGB anunciaron que las especies criadas con el “Acuabios” irán directamente a exportación para abastecer mercados de países europeos.
Desde hace años el CIGB presta gran interés al desarrollo de la modificación genética en Cuba para lograr en organismos modificados características específicas que lo hagan comportarse de manera diferente.
Pues parece que ni peces convencionales pero tampoco los modificados genéticamente. El pescado seguirá junto a la carne de res, el camarón y la langosta en la lista de los alimentos desaparecidos en el menú de muchos cubanos.
La pregunta es ¿Y el pesca pa´ cuándo?