El Gobierno de Cuba deberá invertir pronto en su infraestructura vinculada al sector turístico si quiere sacar provecho del interés mundial que está despertando la isla, según insisten analistas locales.
Ni los vuelos directos, ni el deshielo con Estados Unidos, ni el creciente interés en el último país comunista del hemisferio occidental alcanzan hasta ahora para que Cuba revierta su crisis económica.
El Gobierno tendrá que invertir pronto en infraestructura si quiere sacar provecho de las buenas nuevas, entre ellas el incremento del turismo, la caída del precio del combustible y los alimentos en el mercado mundial y la reciente aparición de petróleo.
Si no lo hace, sostienen analistas, el país no podrá incluso ni beneficiarse de la evidente distención entre Washington y La Habana tras medio siglo de diferendo.
El economista Juan Triana, en un artículo publicado en OnCuba Magazine, dijo que necesitan «medidas anticíclicas que promuevan la inversión y generen empleo realmente efectivo».
Triana aludió, por ejemplo, a medidas que incentiven el trabajo en sectores como la construcción, la explotación de recursos naturales y los servicios profesionales.
Sugirió que el país deberá gastar dinero en la construcción de hoteles, marinas y campos de golf, pero también invertir en la reparación de vías, en el alumbrado y señalética de carreteras, avanzar en el confort de aeropuertos y hacer competitivas sus aerolíneas y servicios de transportación locales si quiere potenciar su sector turístico.
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