Cada año en Cuba unos 3.400 millones de metros cúbicos de agua se derrochan a través de salideros, según ratificó el pasado viernes la presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Inés María Chapman Waugh. Además, criticó «la ineficiencia de la distribución del agua» y puntualizó que del total, el 55% está en la agricultura, el 29% en los acueductos, lo cual incluye las pérdidas en el interior de las viviendas y el 15% en los llamados canales magistrales.
Las pérdidas del agua empeoran los efectos de la fuerte sequía que afecta al país y que se ha acrecentado en este 2015. La funcionaria especificó, durante una reunión del Consejo de Ministros, que al cierre de la primera quincena de diciembre se registraron bajos índices de precipitaciones en el 47% del territorio nacional. Las provincias más afectadas son Artemisa, Mayabeque y La Habana.
Los embalses con los que cuenta el país recolectan 4.810 millones de metros cúbicos, lo cual representa solo el 53% de su capacidad total. Unos 137 municipios han sido afectados por la sequía a lo largo de toda la Isla, de los cuales 37 la presentan de manera moderada, 50 severa y otros 50 a un nivel extremo.
Los efectos de esta inconveniente afectan especialmente al sector residencial, que ha visto cómo se reducen los ciclos de bombeo, la calidad del agua y un aumento del precio en la venta ilegal de las pipas.
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