La burbuja del turismo en Cuba, se está desinflando. Las amplias ofertas de vuelos comerciales a las distintas ciudades de la Isla no duraron más que unos pocos meses. Dos aerolíneas han cancelado sus servicios, mientras que otras redujeron sus vuelos.
El responsable de este descenso, es el paranoico y represivo estado cubano, que no se ha modernizado política y económicamente sin importar lo mucho que Estados Unidos y el resto del mundo se abra a ellos.
A pesar, de que las operadoras de viajes en Estados Unidos trataban de atraer a los clientes con precios competitivos, Cuba empezó a cobrar precios al estilo europeo por un viaje tercermundista repleto de propaganda.
A esto, hay que sumarle una infraestructura inadecuada para atender a los 615,000 turistas que llegaron de Estados Unidos el año pasado, y eso no es exactamente la fórmula para querer volver a Cuba.
El hecho de que en Cuba se siga acosando, golpeando, deteniendo y encarcelando a opositores políticos sin juicio y sin una defensa apropiada, ha empeorado la situación.
Todas estas razones afectan negativamente la imagen turística de Cuba, e impiden un intercambio cultural.
Ahora, la realidad es que Cuba, está pasando de moda.
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