El diario oficial Juventud Rebelde volvió a escribir contra la operadora Cuballama, a la que acusa de mentir cuando afirma no tener presencia en Cuba, tres semanas después de que la compañía radicada en Canadá respondiera con un comunicado publicado en su sitio en internet a acusaciones de fraude de la empresa estatal ETECSA.
En un artículo titulado “Las falsedades de Cuballama”, el diario cita declaraciones de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba sobre supuestas “redes tecnológicas clandestinas” e “ilegalidades cometidas durante años” en los que estaría involucrada la firma, subsidiaria de Techrrific Inc.
El diario se refiere específicamente a la desarticulación, en octubre de 2014, de una red clandestina “organizada por el ciudadano Ariel Lores Báez para enviar y recibir mensajes de texto y llamadas de voz entre nuestro país y el resto del mundo, obviando las tarifas oficiales vigentes”.
El diario señala que el acusado es amigo personal del presidente de Cuballama, Víctor Castro Vaquero, y que entre enero de 2010 y abril de 2011 “había operado una red similar para llamadas de voz, en la que empleó líneas de telefonía fija y redes wifi”.
La información sobre las operaciones clandestinas de Lores Báez estaría disponible en los archivos del Departamento Antifraudes de ETECSA, a los que Juventud Rebelde asegura tuvo acceso.
«No participamos, ni hemos participado de ninguno de los esquemas que el autor describe. Que pre-pagamos por todos los servicios que ofrecemos a nuestros proveedores y que a lo largo de nuestra existencia no hemos provocado a ETECSA pérdidas, sino cuantiosos ingresos, como compañía número uno en comunicación con Cuba», señaló Vaquero en el comunicado de Cuballama.
Jorge Mario Sacre, jefe del Departamento Antifraudes de ETECSA, explicó que “Cuba recibe el tráfico internacional de llamadas y mensajes de texto a través de dos centrales telefónicas internacionales dentro del país, que se encargan de distribuir el contenido a centrales de tránsito, las cuales lo dirigen luego al usuario final mediante centrales correspondientes”.
Según Sacre, “Cuballama viola este proceso”, porque “la llamada o mensaje de texto procedente del exterior que usa los servicios de esa empresa no transita por las centrales internacionales de ETECSA”, sino que en ocasiones “dirige el tráfico vía internet directamente a una pasarela que forma parte de una estructura fraudulenta, de esta forma lo introduce directamente a una central local”.
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