Recientemente, trascendió el caso de una cubana que arribó el mes pasado a los Estados Unidos en virtud del parole humanitario, tras 15 meses de haber aplicado al mismo, lo cual pone de relieve que nadie debe perder la esperanza de resultar beneficiado con este programa que permite el ingreso a la nación norteña de manera legal y segura y el reencuentro con familiares y amigos.
La mujer, identificada en Facebook como Artiles Pastor Daniel, integrante del grupo de dicha red social denominado Parole Humanitario para cubanos, reveló que el 13 de enero del año anterior, apenas unos días después de la implementación del programa, la persona que la patrocinaría presentó el correspondiente Formulario I-134A para iniciar el trámite. Desde fecha se encargó de revisar con cierta periodicidad el estado de su expediente con muchos deseos de recibir una respuesta satisfactoria.
Afortunadamente, el pasado 3 de abril, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) aprobó la solicitud realizada y el 13 de mayo ella pudo obtener la autorización para viajar utilizando la aplicación de CBP One. Ansiosa por comenzar una nueva etapa de su vida en el gigante del norte y en aras de poner fin a tanta demora, la antillana tomó un vuelo hacia dicho país el 14 de mayo.
Es preciso destacar que el permiso de viaje otorgado por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) con posterioridad a la aprobación del Formulario I-134A, tiene una vigencia de 90 días, pero este no garantiza que a la persona le sea concedido el permiso de permanencia temporal o parole, ya que dicha decisión es adoptada de forma discrecional por los oficiales de la mentada agencia en los puertos de entrada teniendo en cuenta los elementos aportados por el viajero en la entrevista efectuada.
El programa de parole humanitario, gestionado por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) ha demostrado tener un alcance significativo de acuerdo a la información contenida en documentos presentados al Comité Republicano de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.
Hasta marzo del año en curso estaban pendientes de procesar por USCIS alrededor de 1,4 millones de solicitudes de parole. Considerando esta impresionante cifra y el total de autorizaciones mensuales fijado en 30,000, se estima que la revisión de dichas solicitudes podría tardar más de dos años.
El programa ofrece una excelente oportunidad a ciudadanos cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos, en primer lugar, porque se trata de una vía directa, legal y segura para ingresar a Estados Unidos y en segunda instancia porque no es necesario que los involucrados se sometan a entrevistas en sedes diplomáticas ni realicen gastos adicionales a los del viaje con destino a esta nación. No obstante, los largos tiempos de espera han desencantado a muchos y a ello se suma la incertidumbre sobre la permanencia del programa de cara a la posibilidad de que se suscite un cambio de administración como resultado de las elecciones presidenciales que se desarrollarán en el venidero mes de noviembre.
Los aeropuertos que registran el mayor número de entrada de personas a tenor de este beneficio migratorio son Miami, Fort Lauderdale, Nueva York y Houston.
En el contexto actual, han arribado a los Estados Unidos más de 435,000 nacionales de los países contemplados en el programa. El DHS ha anunciado que continuará fomentando políticas migratorias legales como parte del esfuerzo del gobierno norteamericano por garantizar la seguridad y la organización del creciente éxodo migratorio hacia dicha nación.