La Marina de Estados Unidos cuenta con hombres y mujeres de varias nacionalidades que forman parte de sus filas, y algunos llegan a ocupar importantes cargos dentro de sus instituciones militares como es el caso de la cubana Ana Marrero Suárez que se desempeña como suboficial jefe de la Marina de Miami.
Ana llegó a los Estados Unidos cuando solo tenía 19 años junto a su familia, huyendo de un país con carencias económicas acumuladas por años y que persisten en la actualidad. Desencantada de su vida en la isla decidió incorporarse a la marina estadounidense sin siquiera dominar el inglés, aspecto que tuvo que corregir para poder entender los detalles de la vida militar naval americana.
La mujer de poco más de 30 años de edad expresó en una entrevista, que se compartió en el sitio web del Ministerio de Defensa, que ejerce su profesión a base de disciplina y dedicación, tal y como le enseñaron desde pequeña, en tal sentido expresó: «Crecí en un país muy pobre, no tenía comida muchos días al mes, no tenía ropa, crecí pobre»…»Mi madre es mi mayor heroína. Ella solía decirme que puedo lograr cualquier cosa que quiera, que no hay imposibilidades y que las únicas barreras están en mi mente: ‘Mientras tengas una actitud positiva, puedes ir a donde quieras»‘.
Explica Ana en la entrevista que al incorporarse a la marina no sabía hablar inglés, por lo que tuvo que estudiar para sobreponerse a la barrera del idioma, uno de los primeros obstáculos que enfrentan los cubanos y latinos al llegar al país norteño. Al decir de la suboficial, cuando impartían las órdenes ella se guiaba por los demás reclutas para saber qué hacer. Al graduarse siete años después del esfuerzo y el optimismo, volvió a su primera unidad de entrenamiento, pero esta vez como jefa.
Agrega que el saber hablar los dos idiomas, español e inglés, le facilitó ayudar a los nuevos integrantes latinos que no conocen el idioma norteamericano, con respecto a esto afirmó: «Hablaba con ellos y les decía que yo también estuve en su lugar y que las cosas mejoran, pero requiere tiempo, resistencia y dedicación». A decir de ella la disciplina es básica para tener éxito en la vida.
Marrero manifiesta que para lograr cosas hay que tener disciplina siempre: «El impulso es algo que todos tenemos, pero se necesita autodisciplina para lograr las cosas. Si esperas hasta estar motivado, no llegarás muy lejos. Pero si tu autodisciplina se manifiesta, tendrás éxito pase lo que pase», enfatizó.
En la actualidad no cree que haya llegado tan lejos en su vida y su carrera, máxime cuando vivía en un país sin libertad de expresión y con disímiles de carencias económicas y materiales, por tal motivo afirmó: «Ahora soy jefe de la Marina de los Estados Unidos. Me siento muy orgullosa de eso y de lo lejos que he llegado, de la nada a un líder, de poder inspirar y ayudar a otras personas que tienen antecedentes similares».
No hay ninguna evidencia que sugiera que las mujeres sean menos serias que los hombres en las fuerzas armadas de ningún país. De hecho, las mujeres han demostrado su capacidad para desempeñar una amplia variedad de roles en estas instituciones, desde actividades relacionadas con sus especialidades, administrativas, operativas, entre otras. Es importante destacar que el desarrollo y ascenso profesional de las mujeres dependen exclusivamente de su esfuerzo, capacidad y eficiencia para cumplir sus metas.