El comentario de una cubana en TikTok, quien se identifica en esa red social como @lizeboutique para expresar sus pensamientos sobre un reciente encuentro decepcionante en un lavado de autos o car wash de Miami, destacando las perspectivas de ética laboral de numerosas personas en los Estados Unidos.
Liz compartió una experiencia a través de un video explicando el incidente en que llevó su vehículo al lugar donde acostumbra ir a limpiarlo y solicitó que se lo devolvieran en perfectas condiciones o textualmente como dijo «de salon de operación». Sin embargo, recibió un servicio que no cumplió con sus expectativas y una reacción inesperada del personal. Al descubrir que el maletero no había sido limpiado en absoluto, el encargado le entregó un paño y le comentó: “Mira, cógete este trapito para que vayas limpiando lo que veas sucio».
Con una mezcla de irritación e ingenio, Liz respondió mencionando el nombre del empleado que le dio el servicio de limpieza a su auto: “Ven acá, Roberto, ¿para qué fue que yo te pagué? ¿Para que le hicieras qué al carro?”.
En otra comunicación a través de la red citada, ahondó en lo que percibe como un desinterés generalizado por el trabajo en Estados Unidos, planteando: “Hoy en día, la gente no tiene la mentalidad de hacer los dólares”, y remontándose en sus inicios en el país comentó que en sus primeros años puso todo su empeño por trabajar honradamente sin importar la naturaleza del trabajo.
@_lizeboutique_ Replying to @Lidi Diaz ❤️ #trabajoestrabajo #hayquehacerdinero ♬ original sound – _lizeboutique_
“El que fregaba carro fregaba carro, la que trabajaba en McDonald ‘s trabajaba en McDonald’s”, mencionando que en el pasado no existía el concepto de «trabajo vergonzoso». “Si en tu país eras profesional, pero aquí no hay esa oportunidad, ¿qué prefieres: ganar dinero o no ganar nada?”.
“Si usted tuviera un puesto profesional en su país de origen y no encontrara opciones similares disponibles aquí, ¿elegiría ganar algo de dinero o nada en absoluto?”
Liz advirtió a los empresarios sobre el peligro de depender demasiado de su personal, indicando que la calidad del servicio puede estar deteriorándose ya que numerosos empleados parecen reacios a invertir esfuerzo.
Varios de sus seguidores coincidieron en que el problema se debe a la falta de dedicación en el trabajo:
“El servicio al cliente murió»; “Yo cuando llegué trabajé en lo que saliera, era menos que el mínimo, pero era dinero que no tenía”; “Soy enfermera y para nada me da pena. Si me toca atender pacientes, lo hago con gusto porque es mi trabajo”; “El comunismo adaptó a la gente a vivir sin trabajar, pero aquí eso no funciona”; “Si el dueño no está pendiente, los empleados le destrozan el negocio”; “Yo en Cuba era doctora y aquí empecé en la construcción. No me avergüenza; ahora tengo mi propio negocio, pero fue a base de esfuerzo”