Una cubana exiliada en España se presentó en el Consulado General de Cuba en Barcelona para entregar su pasaporte, la isleña llegó y pidió ver al cónsul.
Después de varios minutos de espera, ella se dirigió a la ventanilla, y le entregó una biblia y el pasaporte cubano al funcionario, que rápidamente se negó a aceptarlo, se movió del lugar y le abrió la puerta de la oficina consular.
«No, no, yo le abro la puerta. Patria y Vida, eso fue lo que viniste a hacer aquí. Yo lo sabía», indicó el trabajador de la Embajada del régimen.
«Le devuelvo mi pasaporte, un segundo por favor, Patria y Vida», dijo la mujer.
«Honestamente a mi no me interesa que tengas esto puesto en tu pasaporte de Patria y Vida, me estás grabando, lo que estás haciendo es para que te paguen un poquito más de dinero…», sentenció el funcionario queriendo ofenderla y acusarla de mercenaria.
«A mí nadie me paga nada, ese diálogo barato que tienen ustedes con las personas que queremos libertad y prosperidad en Cuba, usted no me toque, yo no estoy siendo una persona violenta. Yo he venido a devolver mi pasaporte, y a escribir lo que todos los cubanos dignos de Cuba…(deben sentir)», aclaró.
El hombre la había agarrado del brazo para que según el gritara Patria y Vida abajo, y no dentro del Consulado.
El funcionario se dispuso a llamar a la policía, porque aseguró se trataba de una provocación.
«¿Cuándo ustedes van a tener alma? Por esos niños que pasan hambre en Cuba. Vengo con la biblia en la mano y mi pasaporte, devuelvo mi pasaporte porque soy una cubana digna, que quiere libertad para los niños que pasan hambre en Cuba, para los presos políticos, para todos los dignos que fueron a la calle el 11 de julio a pedir libertad y han sido apaleados. ¿Eso es mentira?», cuestionó.
«He venido con la verdad en mi mano izquierda y con la mentira en la derecha. Este pasaporte no me representa, ustedes como Consulado no me representan. Cuba es muerte»
El sujeto la siguió acusando de pagada, y le cuestionó el horario en el que había ido.
«¿Sabes por qué no vengo todos los días? Porque soy una cubana que trabaja de camarera. ¿Cuándo van a hablar a favor del pueblo? Un pueblo que sufre. Necesitamos corazones sanos», sostuvo la exiliada.
Mientras un funcionario recogía su pasaporte, el otro individuo le volvió a exigir que se fuera, y le abrió la puerta a dos policías.
«¡Patria y Vida, libertad para Cuba, usted es cómplice de la dictadura de los Castros. Patria y Vida, asesino!», precisó la cubana indignada.
Cuando las oficiales le preguntaron qué había pasado en la oficina, la isleña dijo firmemente que ella fue a disentir y a entregar su pasaporte, porque los diplomáticos cubanos son unos criminales.
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