Esther García, cubana que cumplió sus 86 años de edad rodeada de sus familiares en Estados Unidos, no se arrepiente de la ardua travesía por Nicaragua, aunque reconoce que el peligro superó con creces lo que había imaginado.
Tengo una artrosis severa en la rodilla, cuatro quistes y un bastón”, dijo a Telemundo 51, contando también detalles de su peligroso viaje a pesar de su avanzada edad y los problemas de salud, algo que aún le parece increíble haber logrado después de transcurrido dos meses, ya junto a los suyos.
“Estuve por carreteras, entre montañas, entre precipicios. Mucho riesgo por donde quiera. Todos los días era un susto distinto, un nerviosismo…todos los días de Dios”
El 5 de junio García logró cruzar con éxito el Rio Bravo:
“Le agradezco enormemente a todos los que me ayudaron. Incluso los que me ayudaron a cruzar el Río, yo no los conocía, sino que los vi un rato nada más. No sabía sus nombres no sabía nada, quisiera por aquí si me vieran, agradecerles”
Esther García inició su viaje con 85 años y tuvo la suerte de cumplir los 86 rodeada de su familia, tras ser liberada por la Patrulla Fronteriza.
“La embajada está abriendo ahora, pero yo no tengo tiempo de esperar ni cuatro ni seis años a que me llamen, a que me toque el turno. No tengo tiempo”, dijo la anciana en relación a la reapertura de la embajada de Estados Unidos en La Habana, dando visados de reunificación familiar para ascendientes.
Dijo García que su prioridad es poder normalizar su situación migratoria y poder disfrutar de sus tres hijos, cuatro nietos y cuatro bisnietos.
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