Este lunes las autoridades revelaron el hallazgo del cadáver de Vilma Gil, una cubana de 51 años que estaba desaparecida desde el pasado primero de junio.
La antillana, a quien le sobrevive una hija de apenas cinco años, salió de su residencia ubicada en Hialeah el mentado día al mediodía con destino a un salón de belleza para arreglarse las uñas, a fin de lucir impecable en la actividad de culminación del curso escolar de su pequeña, que se efectuaría al día siguiente. Sin embargo, esta fue la última ocasión que en que ella fue vista y, precisamente, en horas de la noche su esposo, Alexei Licea, denunció su ausencia a las autoridades.
El equipo de Univisión 23 realizó un reportaje sobre el lamentable hecho que muestra varias imágenes de los seres queridos de la víctima mientras se retiraban ayer de la Policía de Miami-Dade, donde aparecen visiblemente devastados tras ser informados de su fallecimiento.
En declaraciones ofrecidas a dicho canal televisivo, los familiares de Gil señalaron que aún no conocían la causa de su muerte, las condiciones en que se encontraba su cuerpo, ni cuándo podían disponer de este.
No obstante, se conoció que en el contexto actual la investigación del fatídico suceso está a cargo del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y no de la Policía, aunque no ha trascendido el motivo de tal modificación, de acuerdo a lo expuesto por el citado medio informativo que solicitó detalles a dicha agencia, sin obtener respuestas hasta el momento.
A raíz de la desaparición de Gil, su familia, inmersa en una desesperación total, pidió ayuda para determinar su paradero. La búsqueda de la cubana arrojó que estuvo en una gasolinera situada en la avenida 157 y Kendall Drive, pero el rastro terminó en ese lugar, corroborándose que ella nunca arribó al salón de belleza.
Agentes policiales localizaron su automóvil el 2 de junio en un estado de completo abandono en la milla 32 de la calle 8 de los Everglades, en un área solitaria e inhóspita próxima a un lago. En el interior del vehículo encontraron algunas de sus pertenencias, pero tanto su teléfono móvil como una tarjeta de crédito continúan sin aparecer.
El esposo de Gil declaró a Univisión 23 la semana anterior que había conversado con ella a las cuatro de la tarde del día en que desapareció.
Al respecto manifestó: «Yo no la noté nada rara. Yo la noté de buen ánimo, para nada me iba a imaginar que esa vez iba a ser la última vez que iba a conversar con ella en mucho tiempo».
Según él, luego llamó a su esposa varias veces, pero no pudo comunicarse con ella, entonces supuso que se le había agotado la batería a su celular, pero como no llegó a la casa contactó a la policía y le contó todo lo ocurrido.
La hermana de la víctima, Digna Gil, incluso pidió ayuda a la comunidad con la esperanza de obtener algún dato o indicio que permitiera encontrarla.
El Departamento de Policía del condado de Miami-Dade también requirió la colaboración de cualquier persona que tuviese información sobre el caso, cuando este todavía era de su competencia.