El ir y venir al servicentro para comprar gasolina cuando la sacan, un cubano consume todo el combustible que le dan en las veces que tiene que acudir hasta que logra empatarse con el preciado y escaso líquido, por lo que se las ingenio llevando su moto semi desarmada sobre una carretilla con la esperanza cada día de que por fin le toque compara la cuota que le toca:
«Llevo cinco días en la cola de la gasolina, pero soy optimista y seguro mañana compro los cinco litros que me tocan, mi consuelo es que siempre hay alguien que está peor que yo», dijo Marcos Javier Acosta González.
La publicación fue compartida por la escritora Liudys Carmona Calaña en su Facebook, al ver que ocurran cosas como esas:
«Duele, duele ver que estás cosas están pasando, ya no sabemos qué vamos a hacer, pero lo cierto es que vamos de lo sublime a lo ridículo. Este joven como pocos (al que conozco muy bien) y se levanta todos los días antes de que salga el sol para trabajar y dar sustento a su familia, no tiene hora para terminar su jornada (puede ser las 8, 9 o 10 de la noche) y aún así tiene que pasar días en una cola para poder echar cinco litros que, al final los pierde en el ir y venir de estas colas que no parecen tener fin», escribió Carmona Calaña.
Llamó tanto la atención las imágenes que fueron compartidas también por el usuario identificado como Pedro Marabú Pelú, quien escribió:
«Al paso que vamos los cubanos van a tener que llevar la mierda en un pomo (si consiguen el pomo), para demostrar/comprobar que todavía están cargando, y para así poder comprar papel sanitario/higiénico o el periódico Granma…»