Recientemente un cubano, residente en los Estados Unidos, dio a conocer un video en Tik Tok donde pone de manifiesto la ingratitud de muchas personas que viven en Cuba a las que no les parece suficiente o bueno lo que un familiar extranjero les pueda regalar al llegar de visita a la isla.
Resulta que a veces los familiares albergan demasiadas expectativas ante la llegada de un extranjero y piensan que este resolverá una buena parte de sus necesidades materiales, sin tener en cuenta el sacrificio que conlleva para él poder tener un gesto con cada uno de ellos, más aún cuando la familia es numerosa y la capacidad económica no alcanza para hacer grandes obsequios.
La realidad es que no consideran que esa persona es un trabajador que tiene que pagar cuentas y que ha consumido no solo dinero, sino también tiempo para escoger alguna cosa por sencilla que sea con tal de ver un poco de felicidad y agradecimiento en el rostro de las personas que ama y que a pesar de la distancia no ha olvidado. En este sentido señaló:» Empiezas a comprar lo mejor, incluso sin poder, llegas allá y lo primero que piensan es que clase de mierda me trajo. Los comentarios nunca son buenos». Lo expuesto por este cubano refleja un triste escenario donde el amor es sustituido por el interés hacia el dinero y al resto de los bienes materiales que se adquieren con el mismo, no importa el esfuerzo ni la buena acción, lo que se valoran son los resultados.
@i.am.ivey Eres solo uno para muchas personas tienen que entender… #inspiracion #reflexiones #parati #cambio #familia ♬ Love Of My Life – Metrow Ar
Asimismo, otro ejemplo que ha llamado mucho a la reflexión es el de un joven cubano que ha realizado una especie de oferta a través de la redes sociales consistente en la prestación de todo tipo de servicios domésticos a cambio de su salida del país hacia cualquier otro donde le puedan brindar comida y alojamiento. Al respecto expresó: «Si tu me pagas el pasaje y me llevas para tu país y me das comida y alojamiento, yo te plancho, te lavo, te tiendo la ropa, la cama, te pinto la casa. Te recojo la piscina, te cambio los bombillos, te cuido los niños y el perro, te cambio el calzoncillo y te baño, te hago lo que tú quieras, no vas a tener que pagar ningún servicio, hasta los callos de los pies te los arranco.»
Su publicación que es, sin dudas, ingeniosa y hasta podría considerarse una broma, revela la desesperación de los cubanos por huir de su tierra en busca de satisfacer necesidades tan básicas como las de contar con una vivienda y con comida.
