Se hace viral en redes sociales el talento de un joven en Santiago de Cuba que imita el canto de al menos más de una decena de aves nativas de la isla.
La grabación fue dada a conocer por el grupo Stgo Top en Facebook, donde se puede ver y escuchar al joven santiaguero interpretando el himno nacional imitando el trino de un sinsonte, además de los cantos del tocororo, el cernícalo, el toti, la gallina de guinea, el pitirre, entre otros.
El video ha generado desde su publicación más de 1 millón de visualizaciones, unas 50 mil reacciones y miles de comentarios por el talento demostrado por el joven.
Un usuario que conoce a la perfección el sonido de las aves elogió el talento de Riober Molina, nombre del imitador que ha causado asombro en redes sociales por la facilidad de imitar a las aves cubanas:
“Los que tenemos la suerte de disfrutar de la naturaleza sabemos que su imitación es idéntica al canto de todas las aves que mencionó, felicitaciones y bendiciones para ese muchacho, Dios lo acompañe y bendiga su don”
Según Molina, quien utiliza su habilidad para ganar dinero en las calles de la ciudad santiaguera, dijo en el 2020 a la revista independiente El Estornudo:
“Para llegar a la escuela tenía que atravesar una carretera peligrosa. Siempre los camiones y los carros me pitaban y me gritaban barbaridades porque iba por el borde de la carretera mirando hacia los postes de electricidad, que es donde se posan los pájaros. Caminaba oyéndolos cantar, me atraía eso”, “Una vez, imitando al cernícalo, vino uno y me atacó. Subía y bajaba desde la cresta de un árbol y me atacaba como un halcón, debe haber pensado que le había robado alguno de sus pichones porque tenía un nido cerca. De todos los pájaros, mi preferido es el sinsonte. Es muy inteligente, es el único que en Cuba imita el sonido de las demás aves, por eso tiene alrededor de 30 cantos”
Molina cuenta una anécdota donde fue atacado por un pájaro, quizás para proteger sus pichones:
“Una vez, imitando al cernícalo, vino uno y me atacó. Subía y bajaba desde la cresta de un árbol y me atacaba como un halcón, debe haber pensado que le había robado alguno de sus pichones porque tenía un nido cerca. De todos los pájaros, mi preferido es el sinsonte. Es muy inteligente, es el único que en Cuba imita el sonido de las demás aves, por eso tiene alrededor de 30 cantos”, agregando sobre otras experiencias:
“En el monte les cantaba a los sinsontes y ellos se callaban, parece que se extrañaban de mi sonido. Seguro se preguntaban: ‘¿será un pájaro igual que yo?’ Algunos sí me respondían y bajaban de los árboles y se me acercaban y cuando me veían, se iban. El canto del sinsonte es el que mejor me queda. El que más difícil se me hizo fue el del pitirre, aunque todo lo que hago es una imitación, los pájaros hacen cosas que yo no puedo hacer. Es como que yo me ponga a cantar como Cándido Fabré. Fabré es Fabré, como él no hay”
El joven cuenta cómo interactuando con los pájaros aprendió a imitarlos:
“Ya estaba en la secundaria básica cuando llevé a casa varios pájaros. Los tenía en jaulas. Les cogí mucho cariño porque pasaba mucho tiempo con ellos. Los oía cantar y luego repetía sus cantos. Yo los seguía a ellos y ellos a mí. Fue cuando realmente aprendí a imitarlos. Todas las mañanas, todas las tardes, todas las noches, ponía un taburete delante de sus jaulas y después de darles comida, nos poníamos a cantar. Varios se me empezaron a morir, me di cuenta de que era por rabia, porque estaban presos y habían perdido su libertad. Los que lograban seguir viviendo eran los que cogía directo de los nidos. Eso me conmovió, recuerdo un día en que uno se murió delante de mí. Llevaba días tristes, sin cantar, sin comer, y vi cómo cerró los ojos y las alas se le abrieron, quedó con el pico abierto. Esa imagen no se me borra. Me dolió en el pecho, eso me hizo cambiar. Ellos, como nosotros, tienen derecho a vivir, a ser libres. No fui más a cazar”
