En medio de la escasez y penurias que están experimentando los cubanos, el régimen ha limitado de forma drástica los vuelos desde algunos países, donde residen la mayoría de los emigrados de la Isla, quienes en diversas ocasiones se encargan de surtir de medicinas y otros productos a sus familiares en Cuba.
Aunque el gobierno comunista se justifica con la pandemia de Covid-19, a la nación caribeña siguen llegando turistas rusos, siendo este uno de los países más afectados por el virus.
No obstante, pese a las trabas, un grupo de cubanos que reside en el exterior, demanda al régimen abrir un corredor humanitario, que les permita llevar ayuda a la Isla, sin aranceles aduanales, explicó la artista y editora exiliada Salomé García Bacallao, quien lanzó esta petición en la plataforma Change.org.
Sin embargo, la solicitud de García Bacallao no consiguió mucho apoyo, no llegó a rebasar las 1.000 firmas.
Según Salomé, esto puede haber sucedido porque muchas personas «confunden la petición con el fiasco del contenedor de ayuda humanitaria que se envió desde Miami el año pasado, que estaba destinado a fracasar pues no cumplía con los requisitos de la burocracia de la Aduana».
El otro punto es que «la situación en Cuba se ve agravada por las medidas unilaterales que han afectado el envío de remesas», y por otro lado «los consulados y embajadas cubanas han estado desincentivando a los cubanos de regresar a la Isla».
«En el caso de Estados Unidos y otros países de Centro América, que son destino de las llamadas mulas, ha sido más extremo aún, dada la prohibición de entrada de vuelos, a pesar de que las aerolíneas tienen disponibilidad», detalló.
«Nosotras pedimos un corredor de vuelos humanitarios, sin aranceles aduanales en Cuba, para entregar ayuda persona a persona. A pesar de que tengan que pagar sobrepeso con las aerolíneas. Es, reitero, una petición de carácter humanitario, ante una situación que ha politizado el régimen», insistió.
Mientras tanto las familias cubanas están cada vez más afectadas por la falta de fármacos, y el alza de precios que les impide cubrir sus necesidades básicas incluso a aquellos privilegiados que reciben remesas del exterior.
Esta misma semana, un padre cubano denunció su hijo de 8 años murió tras un mes hospitalizado por una hepatitis, ya que ni siquiera en la institución de salud tenían medicamentos para ofrecerle un tratamiento al niño.