Cubanos en MLB: ¿Es realmente una estrella en desarrollo Yasiel Puig?

Cuando Yasiel Puig o “Caballo loco” encandiló a todos con sus peripecias en su temporada de novato en 2013, entre sus detractores y seguidores ha habido muchos que nos hemos estado haciendo una pregunta hasta hoy: ¿Tendrá el cubano la verdadera estirpe de un jugador que deje huellas estelares en la Gran Carpa?


Para comenzar a detonar el botón del debate, analicemos la estadística más tradicional que tiene todo el béisbol, el promedio de bateo:

2013: .319
2014: .296
2015: .255
2016: .263

Como pueden apreciar, en la caída ofensiva que muestra la métrica más tradicional del bateo desde que se inventó el juego, Puig jamás ha vuelto a acercarse al pelotero que, aunque cometía inmensas barrabasadas, les llenaba la vista a todos con su explosión de energía en el diamante.

El cienfueguero que hemos visto en las últimas dos campañas, se asemeja más a un jugador en plena decadencia, que a un prospecto, prometedor o pequeña “estrella” en ascenso.

¿Cuáles son los motivos de la caída?… ¿Será o no será Puig un jugador que sorprenderá en 2017? Encuentre su respuesta en este análisis estadístico.


De mayo a junio, contacto y disciplina en el home… de julio a octubre, factor poder: Aun cuando Puig ha ido en pleno descalabro en sus numeritos anuales desde 2014 a la fecha, encontramos que, en sus campañas, el cubano no ha sido un total desastre. Una estadística es capaz de esclarecernos toda duda rápidamente:

1. Numeritos de abril a junio: .309/.378/.499, 28 jonrones con 96 remolcadas.
2. Numeritos de julio a octubre: .269/.347/.451, 30 jonrones y 99 remolcadas.




¿Qué es lo que acabamos de ver? Obviamente, una diferencia en escalas y tonos de rendimiento, que han dado un pequeño descalabro en los últimos meses del béisbol. En el tiempo más frío, Puig suele ser sobrio, de mejor zona y contacto, selectivo, al punto de tener su más alto porcentaje de embasado en niveles aceptables. Luego, de julio a octubre, su bate no se apaga del todo, pero centra en el poder su mayor intensidad, más no así en el contacto. Un total de 204 ponches por 158, nos da la idea de agotamientos, brazos que pierden agilidad y coordinación en el home.

Este es un punto que suele afectarle a cualquier jugador de pelota de Grandes Ligas, que se enfrenta a una larga temporada de 162 juegos, plagada de una competitividad altísima de principio a fin, diferentes condiciones de clima, parque y rivales de liga. Entonces, ¿será que si Puig logra mantener la línea de rendimiento equilibrada de julio a octubre volverá a ser el mismo de antes? No quiero inyectarle la duda a su criterio, pero pienso que sí.

¿Vulnerable ante el contraste de pitcheo o la velocidad?: Hay algo que el cubano no ha dejado de hacer desde que llegó a Chavez Ravine: Batear las rectas, sliders y sinkers. Si usted es lanzador en la MLB, o simplemente un aprendiz devorador de lecturas de duelos pitcher-vs-bateador, por favor, a Puig, no le lancen esto:

Promedios vs rectas

2013: .286
2014: .247
2015: .289
2016: .279

Promedio vs sinkers y sliders

2013: .418 /.330
2014: .475 /.333
2015: .400 /.200
2016: .396 /.319

Ok, eso suena muy interesante. Tanto que, vale destacar, ambos turnos de Puig este jueves ante Jared Weaver, donde le envió una recta (de pobre velocidad y rotación) de 84.8 mph a las gradas, y luego una slider de 77.7 mph al centro del plato. Dos bambinazos y cuatro remolcadas, han sido parte del calor del cubano en el inicio del 2017.

Ahora analicemos algunos puntos de calor en contra, que suenan bastante explosivos. Puig, ha sido vulnerable a dos pitcheos que son demasiado comunes en el repertorio de un lanzador abridor en las Mayores: La curva y el cambio de velocidad.

Ante ambos disparos, desde que sacudió su primer imparable el 3 de junio de 2013 frente a los Padres de San Diego, sus promedios y contactos no han sido los más felices:




Promedios vs cambios de velocidad

013: .244
2014: .226
2015: .233
2016: .167

Promedio vs curvas

2013: .250
2014: .312
2015: .114
2016: .200

La genialidad de un bateador está en saber, anticiparse y poder detectar las distintas velocidades y rotaciones de un pitcheo. Es por eso, que no son pocos los que prefieren golpear a las rectas, aun cuando ellas vienen en MLB a un promedio de más de 90 millas por hora. Los numeritos arriba, demuestran que Puig, un chico agresivo y muy fugaz con el madero en ristre, ha pagado caro por su desesperación.

En 2016, su tasa de boletos (3.3%) en comparación con la de ponches (16.7%) fue protagonista de una caída gradual del OBP. Tras haber tomado 67 pasaportes en la campaña 2014, Yasiel solo ha alcanzado base por bolas en 50 oportunidades desde 2015 hasta la actual temporada.

Lo cierto es que, cuando apenas no se ha jugado una semana, Yasiel Puig está intentando entrar en calor y lo ha logrado ante los Padres de San Diego, a quienes maltrata con su más alta cifra línea de poder: .278/.357/.481, con 12 jonrones y 36 producidas.

¿Volveremos a ver el Puig de siempre?… Tengamos paciencia y esperemos a julio.


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