Cuentapropistas en Cuba, con la soga al cuello en medio del proceso de «ordenamiento monetario», desde la Isla algunos emprendedores hablaron con Radio Martí sobre los problemas que enfrentan, con el aumento de precios de bienes y servicios como el agua potable, la electricidad y otros.
«Como siempre el estado presionando a los particulares siendo el Capitán Araña: Yo puedo hacer lo que quiera y tú tienes que aceptar sus reglas de juego.», explicó Pedro Acosta, dueño de la paladar Doña Ceci en el Casino Deportivo, La Habana.
Acosta tiene gran preocupación por el costo de las materias primas que necesita adquirir en los comercios del Gobierno.
«Hay muchos negocios particulares que tendrán que cerrar definitivamente porque no les dará la cuenta. Yo dije que el proceso sería un caos, y ya el caos se armó desde el primer día», sostuvo.
Ya el régimen ha advertido serán los gobiernos municipales los que impongan límites a los precios del sector privado, Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos del Partido Comunista, dijo en diciembre los precios de los cuentapropistas no podían ser ni «especulativos ni abusivos».
Sin embargo, el Gobierno si puede imponer precios abusivos, que la mayoría de los nacionales no puede costear.
«Aquí en Santa Clara la mayoría de los trabajadores privados que operan cafeterías y restaurantes han decidido no abrir desde inicio de enero, están a la espera que el gobierno determine un precio que no sea abusivo ni especulativo. Esto teniendo presente la real posibilidad que tenemos de perder nuestras licencias y ser multados», reveló Yoel Espinosa Medrano, propietario de una cafetería.
Para Espinosa Medrano, si no se logra un «acuerdo justo con las autoridades», pondrán fin a sus negocios.
Por su parte Ángel Marcelo Rodríguez Pita, sociólogo y asesor de trabajadores privados en La Habana, dice que «los grandes restaurantes que se encuentran relacionados con los grupos empresariales como es el caso de GAESA y demás, esos son los emprendedores que van a sobrevivir», los asociados con los militares.
Mientras «la persona que abrió un negocio desde cero, sin apoyo, y que se gestiona de manera autónoma, está pensando ya en cerrar sus operaciones».
Rodríguez Pita mencionó que los insumos, equipamiento y materias primas se hacen muy caros para el sector privado, en el contexto actual, en el que además «carecen de un mercado mayorista».