La bailarina cubana Dagmara Brown, quien perteneció al Ballet Nacional de Cuba, concedió una entrevista al diario El español en la que recrea su larga trayectoria profesional y cuenta cómo llegó a convertirse en la coreógrafa de la selección nacional española de gimnasia.
«(…) El ballet en Cuba es muy reconocido, por las instituciones, por todo el mundo. Por el reconocimiento internacional que ha tenido. Y ha sido como un vínculo que ha roto incluso barreras políticas. Hubo un período en que no daban visados para ir a algunos sitios, y el ballet rompió un poco todos esos esquemas. Gracias a eso pudimos viajar», señala.
Brown, que dejó la isla en 1993, comenzó a vincularse al flamenco en Madrid hasta que se convirtió en coreógrafa de la selección nacional española de gimnasia, ganadora de la medalla de plata en los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Pero la decisión de comenzar de nuevo en otro país no fue algo fácil de decidir.
“En Cuba yo fui cinco años secretaria de la Juventud Comunista del Ballet. Me eligieron… Todo eso te condiciona. Cuando me tocó venir yo ya era miembro del Partido. Y a la hora de decidir, lo que más me costaba era dejar de bailar (…) Tenía un niño pequeño. Y luego la separación con mi marido…», dice.
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