Recientemente fue operada de un tumor y de un quiste en la cabeza en el Instituto de Neurología y Neurocirugía de La Habana, la bebé cubana de seis meses de vida nombrada Erika de la Caridad Álvarez Sarduy.
La pequeña se encontraba ingresada en el Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, ubicado en Marianao, en La Habana, desde el pasado 25 de septiembre y a pesar de su sensible condición de salud, no había podido ser intervenida quirúrgicamente debido a la ausencia en dicho centro de neurocirujanos y anestesiólogos.
En una entrevista ofrecida por el padre de la niña, Ezequiel Álvarez,al medio de prensa digital independiente CubaNet, este declaró que el centro hospitalario carecía de recursos humanos y materiales para realizar la cirugía y que solo eran intervenidos los niños que ingresaban por urgencias. Sin embargo, en relación al diagnóstico de su hija, señaló: » Ella tiene un quiste de 7 centímetros y un tumor de 2, 5. Esas son las medidas del último estudio, que fue hace ya más de un mes. Los riesgos de no operarse a tiempo son varios. Al aumentar de tamaño el quiste y el tumor, estos pueden comprimir el cerebro y causarle afectaciones neurológicas, como pérdida de visión, de movilidad, puede ir perdiendo las cualidades que ha ido adquiriendo». Además, Ezequiel manifestó que, al igual que su hija, habían otros niños con distintos padecimientos que llevaban esperando mucho más tiempo para ser operados.
Esta compleja situación provocó que los padres de la niña dieran a conocer el hecho a través de Facebook el pasado 11 de octubre en busca de una solución al problema, no obstante, la propia subdirectora del hospital al ver la publicación les refirió que tenían que esperar dada la falta de recursos humanos para realizar la cirugía en cuestión, que el caso había sido comunicado al Ministerio de Salud Pública, pero que aún no se había obtenido ninguna respuesta.
Afortunadamente, los reclamos de los padres surtieron efecto y la bebé fue trasladada hacia el mentado Instituto, donde fue operada por un excelente grupo de profesionales de la salud especializado en esta rama. La intervención quirúrgica tuvo una duración de casi seis horas y constituyó un éxito rotundo. Al decir de Ezequiel, el tumor fue extraído en su totalidad y la niña permanece en recuperación con un drenaje a fin de que salgan al exterior los restos de sustancias que hayan quedado tras la cirugía.
Si bien esta historia tuvo un feliz desenlace, muchos niños no han corrido con la misma suerte, tal es el caso de Cristian Miguel Bencomo, de tres años de edad, que falleció el pasado 6 de agosto en La Habana en espera de un trasplante de hígado.
Lo cierto es que el déficit de médicos en la isla unido a la escasez de recursos, fruto de la cruda crisis económica imperante, han provocado el aumento de las denuncias de muchos padres que han tenido que lamentar la pérdida de sus hijos por estos no haber recibido la atención médica requerida.