A través de un Informe Anual sobre los Derechos Humanos en 2020, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha denunciado que el régimen cubano continuó reprimiendo impunemente las libertades fundamentales del pueblo, y siguió dándose a la tarea de exportar sus métodos represivos a otros países, informa Martí Noticias.
El documento criticó fuertemente las detenciones arbitrarias, específicamente las que tuvieron lugar «en lugares no registrados».
Según el informe, se contabilizaron «múltiples denuncias de activistas detenidos, cuyo paradero se desconoció durante días o semanas porque el gobierno no registró estas detenciones».
También hay registros de que miembros de las fuerzas represivas «acosaron, intimidaron y agredieron físicamente a defensores de los derechos humanos…y que lo hicieron con impunidad», como ha sucedido en Cuba durante las últimas seis décadas.
Uno de los casos que menciona el reporte ha sido el de la periodista independiente Camila Acosta, colaboradora de CubaNet.
En el mismo orden el texto añade que «Funcionarios de la Seguridad del Estado se desplegaron con frecuencia en países como Venezuela y Nicaragua, donde capacitaron y apoyaron a otras organizaciones en el uso de tácticas represivas y abusos de derechos humanos y, en ocasiones, participaron directamente en los abusos».
«Los miembros de las fuerzas de seguridad cubanas estaban integrados en los servicios de seguridad e inteligencia del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y fueron fundamentales para transformar la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela (DGCIM) de una pequeña organización enfocada en amenazas externas a una organización mucho más grande enfocada en vigilar a los venezolanos y reprimir la disidencia», concluye el documento.