Los residentes de Villegas No. 5, en la Habana Vieja, han pasado la noche en la acera y están exigiendo a las autoridades una respuesta tras un derrumbe parcial que los sacó de sus viviendas el miércoles entre las 7:00 y las 7:30 de la tarde.
El gobierno municipal proporcionó este jueves almuerzo para los afectados y en horas de la tarde funcionarios de Vivienda y del Partido Comunista en Habana Vieja se presentaron para organizar la evacuación.
«Dicen que nos van a ubicar a todos», dijo una vecina del segundo piso. «Pero si no lo hacen, seguiremos durmiendo en la acera hasta que tengamos un lugar seguro a donde ir».
«No pueden seguir esperando a que haya un muerto para ocuparse», dijo una jovencita.
«Y esta vez no hubo muertos porque era muy temprano para estar durmiendo», apuntó otra vecina. «Si llega a ser una hora más tarde, el techo le hubiera caído encima al niño, que tiene cinco años».
La madre del pequeño, esposa de un oficial del DTI, confirma esa afirmación. «Yo no lo hubiera aguantado. Hubiera cogido la pistola de mi marido y me hubiera pegado un tiro si algo le pasaba a mi niño».
La joven madre asegura que ya su esposo y su mamá están viendo una vivienda que les propusieron las autoridades en el Cerro. «A todo el mundo lo van a reubicar. El Gobierno dijo que nos iban a dar dos opciones para escoger», afirmó confiada.
«Esperamos que hoy mismo estén todos en su nuevo lugar de residencia», declaró una funcionaria de Vivienda.
No obstante, la Policía seguía custodiando el lugar y unos obreros de demoliciones habían llevado pilares de madera para apuntalar lo que queda del edificio.
«Los vecinos se negaron a apuntalar», dijo uno de los obreros, sentado en el contén. «Esta gente quiere casa, no puntales. Dicen que allá adentro no entran más», añadió.
Una vecina explicó: «Si los dejamos apuntalar, nos tenemos que meter otra vez allá adentro, hasta que nos caiga de nuevo en la cabeza».
Aunque los vecinos continuaban escépticos sobre la posible solución de su problema, afirmaron que cualquier cosa que lograran sería consecuencia de mantenerse «unidos».
«Juntos decidimos echar la pelea en la acera y juntos seguiremos aquí hasta que lo resuelvan. Hasta el presidente del CDR nos apoya», aseguraron.
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