Desde el pasado 23 de febrero las deserciones de militares venezolanos, que escapan del régimen del dictador Nicolás Maduro hacia Colombia se empezaron a dar en masa, la cifra de elementos de las Fuerzas Armadas que cruzan la frontera y piden asilo al Gobierno colombiano ya asciende a 411.
La mayoría de los uniformados se presenta ante la delegación regional Oriente de Migración Colombia que abarca los departamentos de Santander y Norte de Santander, cuya capital es Cúcuta y que alberga el principal paso fronterizo con Venezuela.
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Adam Isacson, director de Supervisión de Defensa de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos habló con The New York Times, al respecto: «la moral tiene que haber caído de manera abismal entre las fuerzas armadas venezolanas en este momento, y las entrevistas con los desertores parecen revelar eso».
«Si una unidad venezolana intenta en algún momento usar la fuerza para detener a futuros desertores cerca de la frontera, las cosas podrían ponerse feas», añadió.
Christian Krüger, director general de Migración Colombia explicó el martes que algunos de estos militares llegan a Colombia con uniforme y armamento, mientras que otros lo hacen de civil y en ocasiones acompañados de sus familias.
Ante la situación, varias entidades colombianas están trabajando «eficientemente y rápidamente» en cada uno de los casos que se atenderán de manera individual, detalló el funcionario.
