El gobierno federal de Estados Unidos ayer reinició el programa de parole humanitario que beneficia a ciudadanos cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos con la entrada al país de forma segura y legal. Junto con ello implementó un conjunto de medidas de seguridad que contribuirán a que realmente califiquen aquellas personas que cumplan con los requisitos exigidos por las autoridades migratorias.
Entre las nuevas medidas proyectadas por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para prevenir el fraude se encuentra la revisión y análisis detenidamente de los estados financieros de los patrocinadores con el fin de establecer si cuenta con la solvencia económica suficiente para hacerse cargo del beneficiario durante su estancia en el país.
De igual forma se verificarán con más rigurosidad los antecedentes penales de los patrocinadores para determinar si ha sido condenado o procesado por algún delito de trata o explotación de personas y que mediante este programa gratuito pueda beneficiarse exigiendo dinero a otras personas. También las autoridades consideran que los patrocinadores de forma obligatoria deberán aportar sus huellas dactilares como parte del procedimiento, lo cual aportará más confiabilidad y consistencia al programa.
Esta última medida en cuestión es tan novedosa como de gran importancia para la verificación de los patrocinadores, la cual será muye efectiva gracias al trabajo mancomunado entre el Centro Nacional de Identificación de Objetivos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Dirección de Detección de Fraude y Seguridad Nacional que pertenece al DHS.
Con la reanudación del programa bajo las nuevas medidas de seguridad se reactiva también la emisión de las Autorizaciones Anticipadas de Viaje (ATA) de gran alcance para aquellos que desean viajar a EE.UU y que el pasado mes pocas personas recibieron la autorización, mientras que a principios de este el escenario cambió por completo generando dudas entre los beneficiarios.
Independientemente de estas nuevas «dificultades» la reanudación de los permisos le ha devuelto la confianza en el programa a los ciudadanos de los países involucrados que mensualmente reciben en total más de 30.000 visas para ingresar a EE.UU. Solo queda que las nuevas medidas logren frenar los intentos de quienes intentan lucrar a costa de los programas migratorios estadounidenses y a la vez permitan que más personas puedan salir de regímenes como el de Cuba, Venezuela y Nicaragua en busca del sueño americano.