Este miércoles el gobierno de Estados Unidos dio a conocer la fecha en que comenzará a implementarse un programa que concederá a casi medio millón de inmigrantes que no poseen un estatus migratorio legal en Estados Unidos la posibilidad de cambiar esa realidad.
El programa en cuestión, denominado Parole in Place, ya existía, pero ahora en virtud de las nuevas regulaciones, favorecerá fundamentalmente a quienes hayan contraído matrimonio con ciudadanos estadounidenses y estén indocumentados, iniciativa que emerge en medio de un complejo escenario migratorio que se erige como un factor primordial de cara a la celebración de las próximas elecciones presidenciales.
La política migratoria permitirá a los cónyuges de ciudadanos estadounidenses y a sus hijos no ciudadanos solicitar la residencia permanente sin tener que salir de la nación norteña, de acuerdo a la información contenida en un comunicado de la Casa Blanca. Además, los beneficiarios quedarían protegidos contra la deportación y podrían obtener permiso de trabajo.
A partir del 19 de agosto se iniciará el proceso de recepción de solicitudes de las personas que cumplan con los criterios de elegibilidad a los efectos de que puedan ajustar su estatus manteniendo la unidad familiar.
Para ser elegibles los inmigrantes deben haber residido continuamente en Estados Unidos durante al menos 10 años hasta el 17 de junio de 2024 sin admisión ni libertad condicional, estar casados legalmente con un ciudadano estadounidense antes de la mentada fecha y no poseer antecedentes penales ni constituir un riesgo para la seguridad nacional o la seguridad pública. Según lo expuesto por el gobierno, la media es que quienes sean elegibles hayan residido en territorio estadounidense durante 23 años.
Se espera que la medida migratoria ampare a alrededor de 500,000 cónyuges de ciudadanos estadounidenses y 50,000 hijos no ciudadanos con edades inferiores a los 21 años cuyos padres hayan formalizado matrimonio con un ciudadano estadounidense.
Las personas que obtengan la correspondiente aprobación dispondrán de un período de tres años para realizar el trámite de la residencia permanente. La mayor ventaja de dicha política es que los solicitantes no tendrán que separarse de sus familiares en Estados Unidos y podrán recibir un permiso de trabajo válido por tres años.