El designado gobernante cubano Miguel Díaz-Canel declaró el jueves durante un discurso en el último pleno del año de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), que la política de la administración de Donald Trump hacia Cuba fue «un fracaso rotundo y notorio», recogió Efe.
El sustituto de Raúl Castro, también precisó su gobierno está dispuesto a dialogar «sobre cualquier tema» para retomar un acercamiento entre La Habana y Washington, dejando la puerta abierta para un posible entendimiento con el presidente electo de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden.
De igual modo, Díaz-Canel mencionó las medidas de Trump, y dijo eran parte de «una guerra sórdida» para «ahogar la economía» antillana con medidas que han afectado «al cubano de a pie».
Entre las sanciones impuestas por Washington, el líder comunista habló de la entrada en vigor del título III de la Ley Helms-Burton, lo que llamó «difamaciones» contra las misiones médicas y las restricciones a los viajes y remesas.
Al tiempo que aseguró «llovió dinero» desde Estados Unidos para financiar al Movimiento San Isidro.
Díaz-Canel acusó a los integrantes del MSI de «hacer huelgas falsas», y los calificó de «supuestos artistas», que «buscaron atraer a la opinión pública y a la intelectualidad para imponer diálogos camuflados en preocupaciones auténticas del sector».
«Pero eran más los reclamos extra artísticos con el evidente propósito de servir de estrado a proyectos de confrontación, previamente articulados, con el objetivo de crear una oposición política sin base social», indicó haciendo clara referencia a la inédita y multitudinaria manifestación del 27 de noviembre (27N) frente al Ministerio de Cultura, en el Vedado, La Habana, a la que asistieron más de 300 jóvenes artistas e intelectuales para exigir la liberación del rapero Denis Solís, y el cese de la represión policial contra los miembros del MSI.
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