Tras un notable auge por la compra venta de propiedades en Cuba, las estadísticas de las instituciones legales que se encargan del asunto, indican que ha disminuido, reporta Martí Noticias.
Una especialista de la Dirección Provincial de Vivienda en La Habana,
Olga Rodríguez, señala que tan solo en La Habana se registra un decrecimiento del 30% con respecto al 2016 y cerca de un 60% si se compara con cifras del 2013 y 2014.
No obstante, “las cifras solo indican el comportamiento de lo que sucede en el marco de lo establecido”. Porque “hay otras formas de ventas que se ocultan en donaciones, herencias, desgloses que es difícil comprobar que son propiamente ventas. (…) También se han descubierto fraudes, estafas. Gente que vende y vuelve a vender una propiedad a ingenuos que, tratando de evadir los impuestos o, sencillamente, porque desconocen las leyes, se dejan enredar por delincuentes”, afirma la funcionaria.
Por su parte, José Ramón Falcón, trabajador de la Dirección Provincial de Vivienda, atribuye la caída de las ventas además a otros factores.
“La gran fiebre de ventas ya pasó. Inmediatamente después de la desregulación, todo el mundo se puso a vender, muchos para usar ese dinero para irse (emigrar)”, opina Falcón: “la gente iba mucho a Ecuador, no había tanto control en Panamá, en México. (…) Que quitaran la ley de pies secos pies mojados por supuesto que ha hecho que muchas personas hayan retirado sus cartelitos de ´se vende´. También las propiedades más importantes ya se han vendido, sobre todo a extranjeros que las ponen a nombre de cubanos para negocios, a cubano-americanos, la mayoría. (…) Ten en cuenta que no hay mucho dinero. Eso es un mito de que hay dinero en la calle. (…) Parece que se vende mucho porque la gente ve los letreros por todos lados pero muchos llevan años con esos letreros y no han podido vender”.
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