Joven cubana condenada a 14 años de cárcel inicia una huelga de hambre en protesta por la injusta sentencia a que la somete el régimen, por haberse manifestado el 11J.
Yunaiky de la Caridad Linares Rodríguez de 24 años fue trasladada a una celda de castigo en la Prisión de Mujeres de Occidente conocida como El Guatao, luego de negarse a ingerir alimentos, dio a conocer en Facebook su madre Niurka Rodríguez García.
«Nunca pensé que esto me estuviera pasando, no he podido ni dormir me han destruido mi vida. Es injusto que no le den una oportunidad a la juventud, esto es duro, no tienen corazón no creen ni en niños ni en las canas que tiene mi madre en la cabeza, pero un día van a pagar todo lo que nos han hecho sufrir. Allá arriba hay un Dios que está mirando toda esta injusticia», expresó la madre de la joven hace unos días al enterarse de la condena a su hija.
«Hoy me acaba de llegar la sentencia de mi hija 14 años de privación de libertad, 14 años por solo salir a pedir libertad, 14 años por manifestarse y pedir un cambio, 14 años por no estar de acuerdo con estos asesinos comunistas. Esto no es justo ella no mató, ella no robó, no lastimó a nadie, no entiendo cómo por subirse arriba de un pedazo de lata te hecho más años que por matar a una persona ¿una lata vale más que un ser humano?, cuestionó Rodríguez García.
William Manuel Leyva Pupo, otro joven manifestante del 11J, también se plantó en la cárcel y fue trasladado a una prisión de máxima seguridad esta semana, tras conocer la sentencia de doce años de privación de libertad «por el presunto delito de sedición».
«Durante nuestra última conversación telefónica, el día 16, William Manuel me había alertado de que, si no se respetaba su derecho a alimentación en condiciones dignas (bandejas limpias, elección de pozuelo de no poder ser sustituidas las bandejas), él se plantaría nuevamente», indicó un familiar del joven.
«William Manuel Leyva Pupo ha sido constante en su denuncia de la crisis alimentaria e higiénico-sanitaria de la Prisión Provincial de Holguín. También, en la denuncia de torturas y tratos crueles y degradantes. Su posición de defensa de derechos colectivos los ha expuesto a una doble situación de vulnerabilidad», denunció la activista Salomé García Bacallao.