Florida es uno de los estados más «canosos» de EEUU, según El Nuevo Herald, que detalla que uno de cada cinco floridanos tiene 65 años o más, porcentaje más elevado que en cualquier otro estado del país.
En el mismo orden más de medio millón de personas tiene más de 75 años en los tres condados más poblados del sur de la Florida: Miami-Dade, Broward y Palm Beach.
Sobre el importante rol que ocupan los inmigrantes dentro de la población de adultos mayores del estado, la Oficina del Censo de EEUU publicó un informe.
De acuerdo a las estadísticas que arroja el documento, el 21.2% de la población de 65 años y más de la Florida es nacida en el extranjero, el número total de adultos inmigrantes mayores de 65 años en Florida sobrepasa los 800 mil, sólo superado por California con 1.6 millones de personas.
La investigación indica que los adultos mayores nacidos en el extranjero tienen más probabilidades de vivir en situación de pobreza, que los adultos mayores estadounidenses, aunque ambos grupos tengan tasas muy similares de participación en la fuerza laboral.
Además en Florida hay unos 90 mil inmigrantes mayores indocumentados, quienes tienen un acceso muy limitado a servicios de salud.
Una feria de salud tuvo lugar en la Ermita de la Caridad recientemente, organizada por la oficina del alcalde del Condado de Miami-Dade, en el santuario católico visitado en su mayoría por inmigrantes de origen latino, la dietista registrada, Leyanee Pérez explicó algunos de los desafíos que experimentan los ancianos nacidos en el extranjero.
«Creo que tienen muchas desventajas. Existe la barrera del idioma, pero también el hecho de que no saben cómo navegar el sistema. No saben qué recursos hay, qué oportunidades» tienen, detalló.
«Son más vulnerables» que los estadounidenses, acotó. «Existen diferentes percepciones de cómo cuidas a los ancianos dependiendo de tu cultura. Los hispanos representan aproximadamente dos tercios de las personas mayores en el condado. Y en sus países las familia los cuida. Pero aquí es diferente», apuntó.
