Cuba, ha sido incluida en la misión del barco suizo Race for Water, cuyo objetivo es evaluar durante cinco años la polución marítima derivada de los desechos plásticos que contaminan los océanos.
Esta embarcación utilizará solo el mar, el sol y el viento como fuentes de propulsión durante su recorrido. En sus 20 etapas prevé llegar a países como Cuba, República Dominicana, Guadalupe, San Diego, la Polinesia Francesa, Nueva Caledonia, Melanesia, Micronesia y Koror.
El proyecto de creación de este primer buque hidrógeno-solar del mundo, es liderado por el suizo Marco Simeoni y lo integra un equipo internacional de alrededor de 15 personas.
Simeoni, afirma que es absolutamente esencial prevenir que los plásticos y microplásticos lleguen a los océanos, pero que la idea de recogerlos en el mar es un sueño utópico, ya que la solución está en tierra.
Por eso, con este proyecto se pretende promover soluciones innovadoras capaces de transformar los desechos en fuentes energéticas y acelerar la transición a la energía limpia.