La final de la Copa América 2024 en la que Argentina resultó ganador una vez más no lució como muchos esperaban ya que los fanáticos de ambas selecciones generaron altercados a la hora de acceder al Hard Rock Stadium de Miami que terminó en enfrentamientos con los agentes del Departamento de Policía de Miami-Dade.
Como consecuencia de estas conductas antisociales las autoridades tuvieron que someter a varias personas y expulsarlos del establecimiento deportivo, pero otros quedaron arrestados, de acuerdo al portavoz de la policía local. Un promedio de 55 fanáticos de Argentina y Colombia salieron obligados del estadio como medida por su mal comportamiento mientras que otros 27 tuvieron que dormir tras las rejas por conductas similares.
Las escenas caóticas comenzaron antes del juego que estaba planificado para iniciarse a las 8:00 pm de este domingo y que demoro una hora y media para dar la primera patada del partido. Mientras tanto en la parte exterior del campo los fanáticos intentaron ingresar por varias entradas en una estampida donde había quienes portaban sus entradas y otros no.
Muchas de estas personas salían hoy de uno en uno hoy del Centro Correccional Turner Guilford Knigth cubriéndose los rostros apenados por sus actitudes y sin querer mencionar los cargos que le imputaron. Uno de los más connotados arrestos del día de ayer fue el del presidente del fútbol colombiano Ramón Jesurún de 71 años de edad y su hijo a los que la policía local acusó de agresión a varios guardias de seguridad del evento.
A otro fan del deporte rey la policía lo acusa de apresurar la entrada por una de las puertas y tirarles agua a los oficiales allí presentes para distraerlos de arrestar a otra persona. Luis Jefferson Beltrán Martínez de 36 años de edad y residente en Costa Mesa, California ahora enfrenta cargos por allanamiento de morada en un evento deportivo o de entretenimiento y agresión a un oficial de la ley.
Elkin Alberto Mayorga de 35 años de edad y residente en Tampa, Florida se le acusa de evadir los trinquetes del suroeste del estadio y enfrentarse a un oficial que intentaba de expulsarlo del lugar. Mayorga empujó al oficial y con su mano derecha lo agredió, mientras le gritaba improperios. Los cargos que se le imputan por desobedecer a los agentes del orden son agresión a un oficial, allanamiento de morada en un evento deportivo o de entretenimiento, resistencia a un oficial con violencia e intoxicación desordenada. Tanto Mayorga como Beltrán se encontraban también detenidos en retenciones migratorias.
Por otro lado, un residente de Spring Texas a quien la policía identificó como Fernando Augusto Pérez de 56 años se le acusa de agresión a un oficial al pretender ingresar al estadio brutalmente por lo que los agentes consideraron dispararle con la pistola táser. Los cargos que se le imputan son agresión a un agente de policía y resistencia sin violencia.
Por si fuera poco, el caos también causó daños en algunos lugares dentro del recinto como tal. Varios videos que circulan en diferentes redes sociales y medios digitales muestran una escalera mecánica a la que se inutilizaron sus barandillas laterales productos del ajetreo. En el audiovisual se puede ver varias prendas de vestir de los fanáticos, zapatos, anteojos, latas de refresco y bebidas.
Barandillas de seguridad de otro punto de entrada en la parte suroeste también recibieron daños al doblarse por el constante empuje de las personas entre las que se encontraban niños fanáticos del fútbol llorando. El jefe de Seguridad Pública, James Reyes se refirió a los esfuerzos que realizaron las autoridades de la ley para garantizar la seguridad del evento.
«Esta noche, el MDPD asignó más de 550 oficiales al estadio, incluyendo nuestro Equipo de Respuesta Prioritaria, y está utilizando todos los recursos posibles para asegurar una experiencia segura para todos los asistentes. Además, el MDPD ha traído personal adicional de otras jurisdicciones para apoyar la seguridad y el bienestar de todos», dijo el oficial.
En correspondencia los funcionarios del Hard Rock Stadium emitieron un comunicado en el que resaltaron la labor que desempeñaron los oficiales de la policía de Miami-Dade y colaboran con ellos para identificar a los delincuentes y ponerlos en manos de la justicia.
«Estamos agradecidos con los agentes de la ley que manejaron una situación difícil y priorizaron la seguridad del lugar, los jugadores, sus familias y los fanáticos. Continuaremos trabajando con las fuerzas del orden público para identificar y responsabilizar a los delincuentes que participaron en conductas ilegales esta noche. Es decepcionante que una noche de celebración se haya visto afectada por un comportamiento ilegal e inseguro, y revisaremos completamente los procesos y protocolos vigentes esta noche y trabajaremos con las fuerzas del orden para garantizar que tal evento nunca vuelva a suceder», señala el texto.