Para quienes no lo han probado, el casabe es una especie de torta crujiente que elaboraban los aborígenes en el oriente de Cuba y en otras regiones de Centroamérica a partir del almidón de la yuca o mandioca como le llaman en otros países. Las increíbles propiedades de conservación hicieron que se convirtiera en uno de los alimentos fundamentales en la dieta de los indígenas.
Cuba ha querido rescatar la historia y tradición de este alimento, convirtiéndolo ahora en uno de los platos representativos de la culinaria cubana que se incluirán en la gastronomía turística que ofrece el país.
La decisión fue muy aplaudida en el recién finalizado Festival Internacional Varadero Gourmet, donde los asistentes reconocieron la necesidad de hacerle honor a este plato tan típico de la cocina cubana y caribeña que aún no ha tenido el lugar que merece en la Isla.
¿En qué destinos turísticos de Cuba se podrá degustar casabe?
La Empresa de Acopio de Sancti Spiritus dice tener gran experiencia en la comercialización del casabe. De ahí la propuesta que ha hecho Tomás López Morales, director comercial de esta empresa que ya pretende introducir el plato en la gastronomía de los polos turísticos de Trinidad, luego en Varadero, para finalmente presentarlo en todas las cadenas hoteleras de Cuba.
El casabe es una receta muy conocida en el oriente del país. Sin embargo, en occidente se prepara muy poco. La idea de los presentadores del proyecto es no dejar que este platillo quede solo en una región, sino que su influencia siga expandiéndose para luego convertirla en una opción atractiva y diferente para el turismo.
Casabe, pero con un toque de modernidad
La antigua receta de esta torta crujiente tiene su truco. Primero, la yuca debe ser pelada y rallada para obtener una harina húmeda llamada catebía. Esa harina se pone a secar y luego se cierne con un colador fino. El resultado se debe colocar en un recipiente de barro o metal calentado a una temperatura de 160 °C hasta que se tueste por ambas caras. Finalmente para evitar enmohecimiento se coloca al sol.
La empresa espirituana de Acopio conoce muy bien los secretos del casabe, pero asegura que para hacer la receta más actual sería muy atractivo añadirle otros elementos. Una vez humedecida la torta, se hornea de nuevo y se le añade mantequilla o aceite, ajo, perejil y queso e incluso se le pueden incorporar otros ingredientes a elección de cliente como pueden ser picadillo de carne, huevo revuelto, aderezado con alguna salsa para reforzar su sabor.
La decisión de incorporar el casabe en la gastronomía para el turismo no ha sido solo para conservar lo más autóctono de la cocina cubana. El casabe es un alimento muy saludable, precisamente porque es considerado un pan que se elabora sin levadura, es decir, solo contiene la harina obtenida de la yuca y sal. Eso lo convierte en un alimento con gran contenido calórico, alto en fibras y muy nutritivo.
Después del impacto del huracán Irma en varios polos turísticos del país, Cuba ha desplegado grandes esfuerzos para reanimar la industria del turismo donde se espera recibir más de cinco millones de viajeros, según estiman las autoridades del país.
El turismo es la segunda rama principal de ingresos para Cuba porque tiene una importante contribución al producto interno bruto (PIB). Por esa razón, Varadero Gourmet no solo se convirtió en el evento más importante de la gastronomía de la Isla, sino que también fue una excelente forma de posicionar a la Isla como destino de alta calidad en los servicios gastronómicos, de bares y cantinas.
En el Varadero Gourmet hubo de todo: Fusión de la cocina cubana con tendencias internacionales, maridajes de espirituosos, cata de rones cubanos y de Habanos, degustación de chocolate y café, sobremesa con coctelería; presentación de platos típicos y hasta exposiciones de la cocina artística cubana.
En tiempos de tanta fusión en la gastronomía, bien merece la pena revisitar recetas autóctonas de Cuba como el casabe que tiene todo para triunfar dentro de la cocina tradicional que se le ofrece a la industria del turismo en la Isla. ¿Y tú qué crees?, ¿te gustaría probarlo?