Durante una presentación de Ronald Reagan 1989 ya después de dejar la presidencia fue preguntado por un joven que creía sobre prohibir los fusiles automáticos y si esto tendría algún impacto en la disminución de las masacres con armas de fuego.
Reagan defendió la segunda enmienda de la constitución y el derecho a cada ciudadano a tener armas de recreo o de defensa en su casa, pero aseguró que los fusiles automáticos no deberían estar en la calle.
«Yo creo que un AK-47 o una ametralladora no son armas para hacer deporte ni para la defensa del hogar.» dijo Ronald Reagan.