Por primera vez en 20 años, el dólar estadounidense tiene un valor de 1 a 1 con el euro.
Si bien eso puede parecer bueno para el dólar, podría ser un arma de doble filo.
Si el dólar se vuelve demasiado fuerte, podría perjudicar los negocios de las empresas estadounidenses porque sus productos pueden volverse más caros para los compradores extranjeros. Y si las ventas de las exportaciones estadounidenses disminuyen, eso podría ralentizar aún más una economía estadounidense que ya está estancada.
Por otro lado, un dólar fuerte ayuda a los estadounidenses que viajan por Europa, dándoles más poder adquisitivo.
Es probable que alrededor del 34% de los viajeros estadounidenses viajen al extranjero este año, un aumento de 6 puntos porcentuales en un mes, según Destination Analysts, una firma de investigación de mercado de turismo. La firma encuestó a 4.000 viajeros del 15 al 23 de junio.
Cuando se les pidió que enumeraran los destinos extranjeros que más les gustaría visitar en los próximos 12 meses, los destinos europeos comprendieron 6 de los 10 más comúnmente nombrados, según Destination Analysts.